miércoles, 20 de diciembre de 2023

EL FEUDALISMO Y EL COMERCIO EN LA EDAD MEDIA

Se conoce como feudalismo al sistema político que predominó durante los siglos centrales de la Edad Media (es decir, entre los siglos IX y XII) en la Europa Occidental y Oriental. Se caracterizó por la descentralización del poder político, pasando la difusión del poder desde los reyes o emperadores a la base, formada por la nobleza y la aristocracia, que era donde se llevaba a cabo la ejecución del poder local. 

Según la definición institucionalista, el feudalismo era el conjunto de instituciones que se creaba tras la relación establecida entre un hombre libre (vasallo) al que se le concede un bien (el feudo) por parte de otro hombre (llamado señor) ante el que se encomendaba en una ceremonia oficial (el homenaje) que formalizaba la aceptación del contrato de obligaciones recíprocas. A través de dichas relaciones, el vasallo trabajaba la tierra del señor, el cual extraía el excedente productivo del hombre que trabajaba la tierra. Se producía una especie de pago (normalmente en especie) por parte del vasallo al señor como adquisición del derecho a trabajar la mencionada tierra, pues la inexistencia de monedas forzaba el uso del trueque como medio de pago.

El feudo

Contrato por el cual los soberanos y los grandes señores cedían en la Edad Media tierras o rentas para su aprovechamiento o explotación, obligándose quien las recibía a guardar fidelidad de vasallo al donante, prestarle el servicio militar y acudir a las asambleas políticas y judiciales que convocaba.

En líneas generales, el feudo es equivalente al beneficio, desde ppios del X. También designa la fusión entre beneficio y vasallaje, como contrato por el que un señor cede un beneficio a su vasallo, a cambio de su fidelidad y ayuda.

Los contratos de feudo se generalizaron en el XII en Italia, Francia y, en el XIII, en Alemania, no así en España (sólo en Cataluña)

El homenaje feudal. El vasallaje en época carolingia

Los monarcas carolingios –sobre todo Carlomagno- fomentaron el vasallaje a su persona mediante el establecimiento de vínculos de fidelidad, para controlar a los grandes propietarios y asegurarse el servicio militar, al margen del que puedan proporcionarle los grandes señores.

El establecimiento de vínculos de dependencia entre hombres libres –que caracteriza a la sociedad feudal- tiene un claro precedente anterior a los carolingios, tanto entre francos como entre visigodos.
Los monarcas germánicos se rodeaban de un grupo de guerreros jóvenes que habitaban sus palacios y eran instruidos militarmente, mientras el monarca los mantenía (son los fidelis regis, vassi –que derivará en vasallo).

La ceremonia por la que se establecía el pacto vasallático constaba de tres partes:
  • Inmixtio manuum: manos juntas entre las de su señor, de rodillas.
  • Juramento de fidelidad: existían varias fórmulas.
  • Entrega de feudo o investidura: entrega al vasallo de un objeto, símbolo del feudo.
Para premiarles, los reyes les entregaban sobre todo tierras en tenencia (propiedad del rey, con una concesión), era un beneficium, a título gratuito y como pago por los servicios prestados, con carácter revocable por parte del monarca, por escrito.

El premio es la concesión de tierras, también para el resto de funcionarios a su servicio. Se fomentará que los vasallos principales tengan a su vez otros vasallos (red de lazos).

El sistema acusó fallos: entre muchos hombres libres y el rey se interponían varios señores y los señores de las zonas más alejadas irán aflojando sus vínculos de dependencia del poder central, fomentando el vasallaje de otros en su propio provecho.

Las obligaciones contractuales

El vasallo juraba fidelidad a su señor y se comprometía a cumplir determinadas servidumbres, principalmente de apoyo militar (auxilium) y apoyo político (consilium), recibiendo como contraprestación un beneficio, habitualmente el control y jurisdicción sobre la tierra y la población de su feudo o señorío y señor. Era un contrato sinalagmático, con obligaciones para ambas partes, que se establecía entre dos hombres libres. Ambas partes se comprometían a guardarse lealtad y no traicionar el vínculo que se establecía entre ellos. Las obligaciones contractuales de la relación vasallática quedaban sin efecto para una parte si la otra incumplía gravemente las suyas (felonía). 
  • Auxilium: ayuda que el vasallo está obligado a prestar a su señor. Muy variadas, en principio de carácter militar, cuya duración se podía regular; también de contribución económica, testificación…
  • Consilium: deber de consejo acudiendo a la corte de su señor, para asesorarle en asuntos judiciales, para formar parte de su corte… El señor también estaba obligado a defenderlo contra sus enemigos.
El honor era el desempeño de cargo público, que podría revocarse a voluntad del monarca.

El “beneficio” era el premio recibido, que podía consistir en tierras o en el desempeño de un cargo –honor- que proporcionaba rentas según las tierras asignadas al cargo. El vasallo obtenía de su “beneficio” una serie de rentas y bienes. En un principio, subordinación del beneficio respecto al vasallaje (si cede éste, cede aquél). Funcionó con monarcas de relieve y mientras tuvieron tierras que repartir. El sistema entró en crisis por las luchas entre los hijos de Luis el Piadoso, el desconcierto producido por los ataques normandos y la confusión o equiparación entre el cargo público y el beneficio (éste eran las rentas y bienes derivadas).

De los dos elementos del feudo-contrato, el personal o vasallaje y el real o beneficio, en principio el lazo personal era el más importante. Con el paso del tiempo, pesarían más los lazos económicos, especialmente al hacerse hereditarios ciertos feudos. Aunque los lazos se renovaran con los descendientes, no tenían la misma firmeza.

Desde el siglo XI se admite que el vasallo pueda romper los lazos, devolviendo el feudo.
Con el desarrollo de la economía monetaria, surge el feudo de “bolsa” o “renta”, basado en la percepción de rentas dinerarias de multas, peajes… o incluso sueldo.

Al final, se llegaría a una especie de tarificación de obligaciones feudales, más teóricas que reales a partir del siglo XII, degenerando el sistema feudal.

La sociedad feudal

Cabe distinguir a partir del X tres grandes grupos sociales en la sociedad feudal: bellatores, oratores y laboratores.
  • Los bellatores se encuentran en la cúspide. Ejercen el oficio de la guerra y defienden al resto. Es una aristocracia, de sangre u oficio, poseedora de tierras. La nobleza de sangre se transmitía en principio por línea femenina y después, cuando los feudos se hacen hereditarios, por masculina. Son los seniores, fideles, miles. La nobleza más elevada se denominaba magnates, proceres, comités. Existía otra nobleza de segunda categoría, basada en el ejercicio de las armas y combatir a caballo: infanzones, milites o caballeros, muy diferenciada de la primera en lugares como España. Desde el XII, el término caballería engloba las dos ramas de la nobleza. Valores fundamentales: fidelidad, cumplimiento de los deberes militares y el honor.
  • Los oratores son los encargados de administrar los sacramentos, orar por las almas de sus convecinos y también de predicar la palabra de Dios. Con esas funciones los oratores son los encargados de que el resto de la sociedad encuentre la salvación eterna. Gerardo y Adalberón pusieron en primer lugar al clero, no podemos olvidar que ellos mismos eran hombres religiosos, y en ello subyace la idea de que el poder espiritual debe estar por encima del poder temporal (cualquiera que sea la forma que tome ese poder)
  • Los laboratores, como podemos deducir de su nombre, son los que trabajaban la tierra, y esa es, su razón de ser. Estos esforzados campesinos están obligados institucionalmente a mantener, con el sudor de su frente, a bellatores y oratores. Como orden social carecen de privilegios, pagan tributos, rentas, impuestos, diezmos, y además, sobre ellos recae (con dureza) todo el peso de una ley mayormente injusta.


GEOGRAFÍA DEL FEUDALISMO
  • Francia
Los monarcas carolingios fueron los que comenzaron a aplicar el sistema feudal, por lo que éste tuvo su cuna y primer ámbito de difusión en Francia.
En el norte se encontró el más puro y el resurgir de la monarquía feudal por excelencia, los Capeto. En el sur la feudalidad fue más lenta. En general, en los territorios donde se habían instalado los francos se impuso el feudalismo con mayor fuerza. La Iglesia apoyó a la monarquía; obispos y abades contaban con numerosos vasallos que ponían a disposición del rey.
  • España
En Septimania y en la Marca Hispánica, sus condes se independizaron de hecho de los francos. También gozaban de régimen especial obispados y abadías. Así, los condes de Barcelona-Urgel, Pallars-Ribagorza… se convirtieron en cabezas de dinastías.
En el reino de León, el feudalismo fue menor que en el resto de Europa. La lucha frente a los musulmanes hizo que el monarca aglutinara las fuerzas disponibles, gozando de autoridad.
Pudo recompensar el rey a sus súbditos con las tierras yermas y de conquista y los condes y potestades no lograron hacer hereditarios sus cargos.
Los vecinos libres de las aldeas se reunían en concejo para tratar las cuestiones que afectaban a su comunidad y todos estaban obligados a la defensa del reino.
El vasallaje no tuvo fuerza suficiente para imponer sus principios ni recortar la autoridad del rey.
En el reino pamplonés y condados aragoneses, unas veces se asemejaron a la zona catalana y otras a la leonesa.
  • Italia
En el norte y centro se implantó muy pronto el sistema hereditario de los feudos, si bien obstaculizado por la existencia de importantes ciudades.
En el sur, mucho más tarde –finales del XI-, al igual que en los estados creados en Tierra Santa.
  • Alemania
Presenta un caso particular. Por un lado, la monarquía se apoya en obispados y abadías creados por ella; por otro, las antiguas unidades étnicas imponen su personalidad.
Para contrarrestar a éstas, los reyes conceden numerosas tierras y vasallos a los obispos.
  • Inglaterra
Se da un régimen primitivo de feudalismo desde temprano, siglo IX, que limitaba la autoridad del rey. También limitaba el poder la Iglesia y los sabios que lo aconsejaban.
El territorio estaba dividido en el siglo X en condados, comandado por un jefe militar que hará hereditario su cargo, un obispo y un sheriff.
En tiempos de la conquista normanda, los vasallos del rey estaban por todo el reino.

EL COMERCIO

La relativa tranquilidad favoreció la aparición del comercio en Europa, el mejor ejemplo de esto son las ferias de Champagne que mantienen un mercado abierto durante todo el año. Pero por todas partes los poderes públicos alentaron y protegieron la creación de puntos de encuentro para mercaderes. Volvamos a la península ibérica: en Castilla, Alfonso X (1252-1284) dio un gran impulso a la creación de ferias, que venían fundándose desde el siglo XII, y que se sumaban a la principal -y permanente- de Medina del Campo, desde este monarca, y hasta comienzos del siglo XIV se crearon 50 ferias, la mayoría en tierras «de realengo» .

A pesar del colapso indicado por las invasiones germánicas, control musulmán y segundas invasiones, nunca cesó del todo. Una ínfima parte de la población consumía productos de lujo, que eran base del comercio.

El mercader, nunca bien visto por los eclesiásticos, se convierte en motor de la economía europea desde el XI. Aparecerá en las ciudades, junto al mercader venido de lejos, el comerciante local, pequeños transportistas, intercambiadores  germen de los futuros mercaderes.

Polos comerciales Dos grandes áreas: el Mediterráneo y los mares del Norte y Báltico
  • En el Mediterráneo destaca la actividad desarrollada por italianos. Importaban de Oriente y distribuían hacia Europa productos de gran valor, base del gran comercio italiano de siglos posteriores. Monopolizarán el comercio con Oriente durante varios siglos. Se vio incentivado en Italia por el crecimiento demográfico, falta de tierras cultivables y ganancias, tal que, al inicio de las Cruzadas, Italia puede ofrecer sus servicios y sus mercaderes serán los primeros que se instalen en Tierra Santa.
  • En el área del norte, se desarrolla un comercio de mayor volumen a partir de los lugares de intercambio de productos de época vikinga, tal como la península de Jutlandia. Zonas notorias: del Mosa y Rin, Flandes (con Brujas y Gante, intentando abastecerse de lanas para su comercio de paños).
Los transportes terrestres

La actividad comercial e industrial de la Edad Media se destinó, principalmente, a satisfacer las necesidades básicas de la población: alimentación, vestido y vivienda. La industria de la alimentación fue la que más se desarrolló, pese a que la mayoría de los productores trabajaban en pequeño volumen y a que casi todo este comercio en la edad media se efectuaba en la corta distancia que mediaba entre el campo y la ciudad. 

Aunque el transporte terrestre permitía alcanzar zonas del interior sin ríos, fue siempre el más caro y penoso, pues los caminos eran malos e inseguros y se debía pagar gran cantidad de impuestos.

Por seguridad, los mercaderes preferían el transporte fluvial. Una buena red de ríos caudalosos y aptos para la navegación en Europa, permitirieron que las ciudades en sus cursos florecieron (Colonia, Sena, Londres…).Las redes fluviales más importantes fueron las del río Po, el Ródano, el enrejado de ríos de la zona de Flandes. el Rin y el Danubio. Sin embargo, el medio fluvial también estaba sujeto a impuestos.

El transporte marítimo

El medio de transporte más barato fue el marítimo, por eso fue el preferido a pesar de los riesgos de naufragio y de piratería, de la poca capacidad de las naves y de la lentitud del viaje. Además, un solo barco podía llevar las cargas de varios comerciantes a la vez.

También con problemas, por la poca capacidad de las naves y dificultades de navegación generalmente, comercio de cabotaje.

En el norte, destaca la coca y, en el Mediterráneo, la galera de dos mástiles. A partir del XIII, se perfecciona la construcción de naves y se difunde el uso del astrolabio y timón en popa.




Mercados y ferias

La actividad comercial se impuso en toda Europa en el transcurso del siglo XIII. Dentro de un ambiente de plenitud económica, alcanzaron gran importancia las ferias, grandes mercados situados en zonas de contacto entre el comercio mediterráneo y el nórdico, a las que acudían mercaderes de todos los lugares de Europa.

Surge la necesidad de vender en los mercados locales más próximos los excedentes, creándose mercados de carácter semanal en las ciudades de cierta importancia

Surgirán una serie de centros que alojan intercambios a mayor escala: las ferias. Las ferias no eran mercados permanentes, pues sólo se realizaban en ciertos períodos del año. Su celebración duraba varios días. A estas citas comerciales acudían, también, titiriteros y juglares, que añadían a la celebración un carácter festivo. Las ferias se irán especializando en el tipo de mercancía (Brujas, Valladolid…).

De todas las ferias que se celebraban en la Edad Media, las que alcanzaron mayor renombre fueron las ferias de Champaña, que se instalaban en la llanura francesa de ese nombre, a medio camino entre Venecia y Brujas. Las ferias de Champaña eran, por lo tanto, lugares de encuentro entre los comerciantes flamencos e italianos. Estas ferias destacaron sobre todas las demás porque los condes de Champaña las protegieron liberando de impuestos a los comerciantes que acudían a ellas. Sobresalieron, también, por su situación geográfica, que las convirtió en el principal lugar de encuentro de los mercaderes. Por eso, en aquella época, la meta más importante de cualquier comerciante eran las ferias de Champaña.

Al crecer el volumen de mercancías, los mercaderes italianos introdujeron las “letras de feria” u órdenes de pago, para evitar transportar grandes sumas de dinero (documento escrito de compromiso del deudor ante el acreedor).

Las ferias decayeron en el siglo XIV. cuando los comerciantes se volvieron sedentarios. Con el tiempo, el mercader viajero será sustituido por un representante en la ciudad.




Moneda y crédito

Se produjo un desarrollo monetario a través del cual la acuñación y la circulación monetaria aumentaron.

Las primeras monedas que cobraron un valor internacional y que por lo tanto, tenían vigencia en varios países, se hicieron a fines del siglo XII en Venecia: los matapanes de plata. Después, Francia, Flandes e Inglaterra acuñaron, también, monedas internacionales de plata.

La acuñación de oro en cambio, fue propia del siglo XIII. A partir de entonces, la mayoría de los países europeos adoptó el bimetalismo monetario: el uso de monedas de plata y de oro.

Imperaba en Europa desde Carlomagno el sistema monetario implantado por él, basado en la moneda de plata, salvo en las zonas en contacto con el mundo musulmán, donde también había monedas de oro.
Carlomagno hizo una reforma monetaria, instituyendo una nueva libra de más gramos de plata, que se dividía en 20 sueldos y cada uno de éstos en 12 denarios.

Los banqueros se volvieron prestamistas que cobraban intereses por los préstamos que realizaban, aceptaban velar por los ahorros, abrían libros de cuenta y efectuaban transferencias monetarias para sus clientes.

Puesto que viajar con grandes sumas de dinero era muy incómodo como peligroso, la mayor parte del comercio comenzó a realizarse en forma de transacciones a crédito.

También se utilizaron las letras de cambio: un acuerdo entre un prestamista y su deudor en el que el dinero prestado podía devolverse un tiempo después en un lugar diferente al del préstamo y en otra moneda diferente a la prestada. Para efectuar cambios de dinero y agilizar las transacciones, aparecieron los primeros cambistas, que ubicaban delante de su tienda un banco, sobre el que colocaban las diferentes monedas. Otro instrumento importante para su actividad era la balanza: el peso de las monedas permitía establecer la cantidad de metal precioso que contenían y, con ello, fijar su valor.

Otros conceptos
  • Banalidades: derecho de los funcionarios carolingios para dictar órdenes en su jurisdicción
  • beneficio: bien otorgado a cambio del vasallaje. Posesión o disfrute sin tener la plena posesión del mismo
  • regalía: derecho perteneciente a la corona (acuñación moneda, etc)
  • comanda: tipo de asociación donde el comendatario es el socio capitalista
  • denario: Dinero. moneda equivalente a 1/240 de una libra y 1/20 del sueldo

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