viernes, 18 de octubre de 2019

EL RACIONALISMO

La cuestión del conocimiento humano puede tener un sentido psicológico o un sentido lógico. Si se atribuye al pensamiento, a la razón, la única base, estará convencido de la especifidad y autonomía psicológica de los procesos del pensamiento; por el contrario, si se funda solo en la experiencia, negará la autonomía del pensamiento, incluso, en el sentido psicológico.

Si la posición epistemológica se apoya en la razón, como fuente principal, se la llama racionalismo (griego ratio= razón); afirma que un conocimiento es válido solo cuando es lógicamente necesario y universal. Y se confirma este hecho en el juicio el todo es mayor que la parte, algo que tiene que ser siempre así y en todas partes. En cambio, si afirmamos que el agua hierve a 100º,tal cosa, no siempre tiene que ser así, ya que el agua puede hervir a temperaturas superiores o inferiores; es decir, este juicio, no tiene un valor universal, sino limitado. Esto significa que este conocimiento se apoya en la experiencia. Pero si decimos que todos los cuerpos son extensos, tal condición no se basa en la experiencia, sino en el pensamiento, procede de la razón, posee una necesidad lógica y tiene validez universal, condiciones que requiere el racionalismo, porque afirma que la verdadera fuente y base del conocimiento humano, es el pensamiento.

Una forma determinada del conocimiento, el matemático, ha servido de modelo a la interpretación racionalista del conocimiento, por ser éste predominantemente conceptual y deductivo. Tal es el caso de la geometría, disciplina cuyos conocimientos se derivan de algunos conceptos y axiomas supremos: el pensamiento impera con absoluta independencia de la experiencia, siguiendo sus propias leyes.

La forma más antigua del racionalismo la encontramos en Platón, quien creía que los sentidos no pueden procurarnos un verdadero saber, sino una mera opinión, debido a que el mundo de la experiencia está en un continuo cambio. El griego superponía al mundo sensible, otro, suprasensible - el mundo de las Ideas -, el mundo de las esencias ideales metafísicas. Y agregaba que las Ideas son los modelos de las cosas empíricas, que deben su manera de ser, su esencia, a su participación en las Ideas. Según Platón todo conocimiento es una reminiscencia, lo que constituía su teoría de la anámnesis. Preconizaba que el alma había contemplado las Ideas en una existencia preterrena y que se acordaba de ellas al producirse la percepción sensible. Tal teoría no tenía ninguna significación espiritual, aunque Plotino y San Agustín han tratado con este racionalismo trascendente. Plotino coloca el mundo de las Ideas en el NUS cósmico, o sea, el Espíritu del Universo: nuestro espíritu es una emanación del cósmico.

Plotino afirmaba: La parte racional de nuestra alma es alimentada e iluminada continuamente desde arriba, idea que recoge San Agustín y le da sentido cristiano.
El Dios cristiano ocupa el lugar del NUS y las Ideas se convierten en las ideas creatices de Dios. Así, el conocimiento tiene lugar siendo el espíritu humano iluminado por Dios, porque las verdades y los conceptos son irradiados por Dios a nuestro espíritu. Aunque, hacia el final de su existencia, San Agustín reconoce que, junto a este saber de iluminación divina, existe otro, cuya fuente es la experiencia. Esto es lo que llama racionalismo teológico.

En la Edad Moderna, con Malenbranche, se intensifica este racionalismo y con Giobetti - que afirma que conocemos las cosas contemplando inmediatamente lo absoluto en su actividad creadora - denominándose este sistema: ontologismo, porque parte del Ser real absoluto. Ahora se entiende por ontologismo, en general, la teoría de la intuición racional de lo absoluto como fuente única o, al menos, principal, del conocimiento.

Otra forma de racionalismo que adquirió mayor importancia la encontramos en el fundador de la filosofía moderna, Descartes y su continuador, Leibnitz. La teoría de las ideas innatas, de Cicerón, importante en la Edad Moderna, nos dice que nos son innatos ciertos conceptos - justamente los más importantes -, los conceptos fundamentales del conocimiento, que no proceden de la experiencia, sino que representan un patrimonio originario de la razón.

El racionalismo cree poder penetrar en la esfera metafísica por el camino del pensamiento puramente conceptual: deduce de meros conceptos, conocimientos. Tal es: derivar del concepto de Dios, su existencia, o de definir, partiendo del concepto de sustancia, la esencia del alma. Justamente, este espíritu dogmático ha provocado su antípoda, el empirismo


domingo, 13 de octubre de 2019

AIDA LAFUENTE

Aida de la Fuente Penaos fue una libertaria, militante comunista española conocida como la Rosa Roja de Asturias

Su nacimiento fue el 25 de febrero de 1915 en León y su fallecimiento tuvo lugar en Oviedo, el 13 de octubre de 1934,el mismo día que quedó destruido por un incendio el edificio de la Universidad de Oviedo y todo cuanto contenía.

Tuvo una activa y corta vida pues murió durante el levantamiento revolucionario de octubre, conocido como Revolución de 1934 y duramente reprimido por el ejército. Nuestra heroína era hija de Gustavo de la Fuente González y Jesusa Penaos del Barrio. Su padre había sido el fundador del Partido Comunista de España en Oviedo y fue pintor de carteles y decorados para el teatro Campoamor de Oviedo. 

Educada en el seno de una familia comunista, cuyos hermanos militaban en las Juventudes Comunistas, pronto destacó como figura conocida en el movimiento juvenil de Oviedo. Muchos la consideraron la Pasionaria asturiana, aunque nunca alcanzara su relevancia ya que su vida fue truncada a los 19 años. La mayoría de las fuentes consultadas señalan su labor en la organización de cocinas colectivas montadas en la periferia de Oviedo para dar de comer a los combatientes revolucionarios que estaban en primera línea;  otros testimonios también la sitúan con una importante labor como enfermera en el hospital. Cuando perdió la vida actuaba como enlace entre los grupos que controlaban la ciudad y el Comité Revolucionario de Oviedo y según datos de su biografía, el día 13 de octubre intentaba frenar el avance del ejército con una ametralladora situada en las inmediaciones de San Pedro de los Arcos; pero cuentan que ya estaba sola cuando un sargento legionario la invitó a rendirse y, en lugar de hacerlo, disparó su pistola y mató a un legionario. Otras fuentes aseguran que fue fusilada. Lo cierto es que allí acabó su vida y su cadáver fue depositado en la fosa común junto a la tapia de San Pedro de Los Arcos.

El día 13 de octubre moría una joven comunista de 16 años. Su muerte, una más entre las muertes de los hombres y las mujeres que salieron a “tomar el cielo por asalto”, sería el origen de una de las leyendas rojas más extendidas de la Revolución.

Aida de la Fuente Penaos, ha sido, es y siempre será un referente de mujer revolucionaria, militante comunista incansable, que no cejó jamás en la lucha, su vida cotidiana estaba enteramente dedicada a transformar esta sociedad. La figura de Aida de la Fuente se convirtió en modelo a seguir por las milicianas,  símbolo y referente de mujer revolucionaria para asociaciones, movimientos juveniles, militancia comunista, intelectuales y artistas.


Aida Lafuente, niña asturiana y camarada
con tu ametralladora, tu heroísmo y tu muerte.
Te buscaré por los pasajes asturianos,en cada mirada
donde ya en paz esperas el olvido y llueve.

Con los camaradas mineros
estuviste en las barricadas gritando REVOLUCIÓN
cuando el traidor Franco los tuvo por primeros
en su campos de concentración

Llegaron los asesinos y tu nombre preguntaron
y tú, con el puño levantado, gritaste: COMUNISTA LIBERTARIA
pero tu voz y tu recuerdo nunca silenciaron
recuerdos de los mineros asturianos, Rosa Roja Proletaria

Siempre en nuestro recuerdo y en nuestra memoria
como todos aquellos que en octubre fueron presos en campos de concentración
que nunca olviden la historia
de todos aquellos que lucharon por la República y la revolución.

Aida Lafuente. Dibujo de Alfredo Seygram