lunes, 7 de enero de 2019

LA REVOLUCIÓN IRANÍ

La Revolución iraní, comandada por el imam Jomeini desde su exilio en Irak y más tarde en Francia, acabaría teniendo éxito al derrocar a Mohamed Reza Pahlevi, el Sha de Persia,  poniendo punto final a la aventura monárquica en el imperio, finiquitando la breve dinastía Pahlevi y sacudiendo los cimientos de la geopolítica internacional en esta región estratégica controlada por Estados Unidos.

Irán, 1980: los revolucionarios han tomado el poder. En un hotel desierto de Teherán, Ryszard Kapuscinski intenta -a partir de notas, cintas magnetofónicas, fotos, materiales que ha acumulado desde que está en Irán- comprender la causa de la caída del SHa. ¿Cuál ha sido la evolución del país desde finales del siglo XIX hasta la revolución islámica? ¿Cuáles fueron los orígnes del movimiento chiíta? ¿Cómo ha logrado Jomeini imponerse? ¿Qué puede éste ofrecer contra la promesa del Sha de "crear una segunda Norteamérica en una generación"? ¿Qué es lo que la gente espera de la revolución y qué es lo que realmente obtiene? ¿Cuál es la situación del país después de tanta y tanta violencia?

Publicado en 1982, “El Sha o la desmesura del poder” fue editado en castellano por Anagrama (primera edición) cinco años más tarde. El libro contiene relatos impagables, por ejemplo, del Irán anterior a la llegada al poder de Jomeini. Uno de ellos, sobre la “dolce vita” iraní, esa clase social “que no conoce límites a su desenfreno, a su voracidad y a su cinismo”, y que reside en “barrios superlujosos” con casas de varios millones de dólares. En Teherán conviven con familias enteras que se alojan en diminutas casas sin luz ni agua. El periodista opta en ocasiones por la pincelada literaria, pero otras veces escoge el bisturí, concreta y puntea el origen de los fenómenos sociales. El 8 de enero de 1978 el diario pro-gubernamental “Etelat” publicó un artículo que apuntaba directamente a Jomeini, en ese momento en el exilio. El periódico llegó a la ciudad de Quom. “Una gran indignación se apoderó de la gente, que empezó a congregarse en calles y plazas”

IRÁN ANTES DE LA REVOLUCIÓN

Irán nació en 1935 como Estado aglutinador de los antiguos territorios del Imperio Persa. Tras la segunda Guerra Mundial se llevó a cabo un proceso de occidentalización impulsado por el sha (emperador) Mohammad Reza Pahlevi, que subió al poder en 1953 a través de un golpe orquestado por Inglaterra y Estados Unidos conocido como Operación Ajax.

El nuevo sha introdujo cambios significativos en Irán: entre otras cuestiones, se impulsó una reforma agraria, se llevó a cabo la industrialización en Irán y se agudizó su papel como principal productor y exportador de petróleo de Oriente Medio, apoyado por las potencias occidentales. Los nuevos elementos económicos medraron en la población que se vio aumentada y se produjeron grandes movimientos migratorios del campo a las ciudades para buscar un empleo o mejores condiciones de vida. La sociedad iraní se modernizó a semejanza de las doctrinas europeas durante las décadas posteriores a la II Guerra Mundial.

Sin embargo, las aspiraciones sociales se vieron frustradas por los grandes desequilibrios y la dura represión por la que se caracterizó el régimen del sha. A principios de los años setenta comenzaron a proliferar protestas en contra de las políticas represivas del gobierno iraní, la corrupción, las desigualdades sociales y económicas. Estas protestas estuvieron encabezadas por grupos de izquierda islámica y los Tudeh, partido comunista de Irán que aglutinaron a otras fuerzas como los movimientos nacionalistas o democráticos. A su vez, se recrudeció el enfrentamiento entre el gobierno y las fuerzas religiosas tradicionales por la intención de Reza Pahlevi de occidentalizar Irán. 

La tensión se había forjado en los años sesenta cuando el emperador restó protagonismo y poder a las fuerzas religiosas en el país. La inclusión de la religión en la lucha contra el régimen fue tardía pero caló en la población incluyéndose como un símbolo más en sus reivindicaciones políticas, sociales y económicas.

La dinastía de Mohammed Riza Sha Pahlevi fue instaurada por su padre en 1925, debiendo abdicar en su hijo en 1953. Tanto Gran Bretaña como Rusia consideraron oportuno que el antiguo Sha se exiliara; su simpatía hacia el nazismo representaba un peligro si acaso decidía desligarse de la larga tutela mantenida por rusos e ingleses.

El Sha Riza mantuvo una política de apertura hacia Occidente, alineándose con Estados Unidos e Inglaterra una vez que la guerra finalizó. El rico suelo en yacimientos petrolíferos y su alineación con Occidente, al punto de entregar la explotación a empresas americanas, llevaron a serios enfrentamientos internos, aspirando, aquellos que estaban en contra de su política, la nacionalización del petróleo. En 1951 los sectores liberales y nacionalistas le obligaron a nombrar primer ministro al doctor Mohamed Mossadegh, antiguo opositor al régimen tiránico de Reza Khan. Mossadegh inició una etapa nacionalista y antiimperialista, e intento recortar al máximo los poderes del sha, hasta convertirlo en un monarca constitucional a la europea. La huida de la familia real a Roma el 16 de agosto de 1953 sólo fue el primer acto del derrocamiento de Mossadegh tres días después, en un golpe de Estado de militares fieles al sha (quien retornó de inmediato a Teherán) con la asistencia de los servicios secretos de Estados Unidos.

Mientras estuvo en la jefatura de gobierno Manouchehr Eqbal antes de dimitir, se fundó la SAVAK. Se trata de la Organización de Inteligencia y Seguridad Nacional, que corresponde a las siglas de: Sazeman-i Ettelaat va Amniyat-i Keshvar. La institución existió en Irán entre 1957 y 1979, durante el mandato del Sha. Los partidos y la prensa fueron sometidos a una fuerte censura.

El conflicto se pronunció hacia 1973 cuando, debido a la crisis, hubo un recorte en el ingreso del petróleo, lo que ocasionó un estallido social respaldado por el chiismo. El 16 de enero de 1979 hubo un levantamiento liderado de Jomeini, apoyado por el pueblo, que derivo en el derrocamiento del Sha y la institución del chiita como líder religioso. Posteriormente, un referéndum declaró la República Islámica de Irán y al Ayatolá, líder político y espiritual vitalicio. En cuanto a las costumbres, se reinstaló la vigencia de la sharia (ley islámica). En relación con la política exterior, rompió con Estados Unidos, avaló el asalto a la Embajada americana el 04 de noviembre de 1979 y el secuestro de sus autoridades (que se mantuvo hasta 1981), llamando a todos los islámicos a levantarse contra el demonio americano.

El descontento social en la década de los setenta le hizo crecientemente popular en su país. Dirigió el levantamiento que llevó al derrocamiento del Sha el 16 de enero de 1979 y volvió en loor de multitudes el 1 de febrero, siendo aclamado como líder religioso de la revolución en Irán. En diciembre un referéndum aprobó el establecimiento de una república islámica en Irán, siendo Jomeini nombrado líder político y religioso vitalicio. Impuso un régimen dirigido por los “mulás” (clérigos chiítas) y reimplantó la “sharia” o ley islámica. 


LA FIGURA DE JOMEINI

Transcurridos 11 años desde el triunfo de la Revolución Islámica, el Imam Jomeini falleció a sus 87 años de edad, el 4 de junio de 1989.

Ruhollah Musavi Jomeini fue un imán y ayatolá (es el título más alto dentro del clero chií).  chií iraní, líder político-espiritual de la revolución de Irán en 1979.

En 1921 estudió en Arak y en 1922 en Quom. En 1922 se trasladó con él a Qum para fundar conjuntamente el Instituto Musulmán en dicha ciudad. Khomeini comenzó a destacar como teólogo del Islam y como autor de numerosos libros sobre religión. En 1930 adoptó el nombre de Jomein, su ciudad natal, como apellido propio. A los 25 años, escribió su primer libro y en 1928 era profesor de ética y filosofía. En 1941, escribió “Kasf-Al Asar” contra la dinastía Pahlevi.

Jomeini fue exiliado en 1964 en Turquía y luego en Irak, donde pasó 14 años; posteriormente tuvo que trasladarse a Francia en 1978. Eso, debido a que fue un sólido crítico del régimen monárquico de Pahlavi.

Jomeini 
De una larga tradición de ayatolás (“signo de Dios”), Jefe espiritual dentro del chiismo, Jomeini se inclinó desde pequeño por la vocación religiosa, alcanzando dicho nombramiento en 1961 y comandando el movimiento chiita islámico desde 1962. Esta rama del islamismo que sigue la tradición de Fátima, hija del profeta Mahoma y esposa del cuarto califa que, a diferencia de sunitas, considera la autoridad califal solo por la línea hereditaria, constituía una minoría dentro del Islam; tendencia que se revirtió en la figura del Ayatolá Jomeini, volviéndose popular tras el derrocamiento del Sha en 1979. Por los desacuerdos con este, pasó 18 meses en la cárcel, exiliándose luego , primero en Turquía, después en Irak (Najaf) y más tarde en Francia, continuando su política de confrontación.

El mundo occidental lo consideraba un líder mesiánico, cuyas iniciativas políticas ponían en peligro la estabilidad internacional. En 1979 derrocó al Sha (Emperador) de Irán, Mohammad Reza Pahlevi. Jomeini gobernó Irán hasta que falleció en 1989. Es considerado el fundador del moderno estado chií.

Descendiente de una familia con ascendencia profética , perteneciente a la rama chiita de la religión islámica, su padre, educado en la religión y respetado en su comunidad, falleció cuando Ruhollah contaba con cinco meses de vida.

Hijo y nieto de líderes religiosos chiítas, su padre fue asesinado por un terrateniente local poco después de nacer él. Khomeini, cuyo nombre original era Ruhollah Musawi, se trasladó a Arak a los quince años de edad. En Arak vivía el «ayatolá» (título honorífico de los jefes religiosos chiítas) Abdul Karim Haeri, que se dedicaba a difundir las enseñanzas del Islam. 

En el terreno internacional rompió la larga alianza con EE.UU. Mientras tanto, trató de exportar su revolución islámica a los países vecinos.

Vale mencionar que para Jomeini, gran estudioso de la jurisprudencia islámica y escritor de cantidad de bibliografía, política y religión tienen un mismo punto de partida que es la ley islámica, no como un conjunto de reglas religiosas y morales, solamente. Esta ley indica cómo debe establecerse un gobierno justo, el manejo de las finanzas, las leyes y la yihad (lucha por la causa de Dios) que es el fin último del hombre y su felicidad.

Para 1979, regresó a Irán para acabar con el régimen. En menos de 50 días celebraron un referéndum en que el pueblo decidió el futuro político del país; más de 98 por ciento de los habitantes votó por el establecimiento de la República Islámica.

Años más tarde, Jomeini protegió al país ante diversas conspiraciones internas y externas, en la que está incluida la guerra entre Irak e Irán desde 1980 hasta 1988, impuesta por el exrégimen baasista.

LA REVOLUCIÓN IRANÍ

El 11 de febrero de 1979 se dio un hito en la historia de Irán que también influiría en el andar de varios países en Oriente Medio. En esa fecha el pueblo iraní se movilizó en contra de la dinastía Pahlavi y de la mano del ayatolá Jomeini lograron instalar un nuevo sistema.

Los reportajes de Kapuscinsky se alejan de la prosa burocrática y aburrida, tienen el pálpito de la calle. La idea de movimiento se aprecia incluso en la composición del texto; en “El Sha o la desmesura del poder” el autor introduce técnicas narrativas de desdoble, características de la literatura barroca: compone el relato tirando del hilo de fotografías que el periodista ha logrado reunir. El reportero no esconde la subjetividad ni las vivencias personales, que no se quedan en mera anécdota (ni tampoco en la inflación del ego), sino que aportan información sobre el objeto del reportaje. “El whisky tomado en pequeños sorbos en situación de clandestinidad (y realmente hay que ocultarse pues rige la ley seca impuesta por Jomeini) tiene, como toda fruta prohibida, un sabor especial, más atractivo”. La tienda de especias y frutos secos de un armenio viejo en la calle Engelob –“una paleta radiante de colores”- le sirve al reportero para tomarle el pulso a la realidad política. Si el género está expuesto en la calle, pinta “normalidad”. De lo contrario, habrá ese día manifestación.

Avances de Irán después de la Revolución

Los logros del país persa en las últimas cuatro décadas son múltiples en diferentes campos. Vale resaltar que la economía de Irán durante la monarquía Pahlavi era de montaje, dependiente de occidente y consumidor, administrada solo con el dinero del petróleo.

Con la victoria de la Revolución Islámica, Irán diseño grandes objetivos como la independencia económica, la autosuficiencia, la creación de empleos y de una vida estándar a sus ciudadanos. A pesar de una enorme cantidad de dificultades y obstáculos como las amplias sanciones, una guerra impuesta durante 8 años y diversas conspiraciones, en estas cuatro décadas, Irán ha sido capaz de alcanzar un buen desarrollo económico.

En este contexto hay que añadir la reducción significativa de la pobreza en el país. En 1977, según el Banco Mundial, el 46% de los iraníes vivían por debajo del umbral de la pobreza. Esta cifra disminuyó al 8% en 2015, según un informe del Foro Económico Mundial.

En el campo de la capacidad defensiva, a día de hoy, Irán produce la mayoría de los equipamientos requeridos. Su poderío aéreo, marítimo y terrestre crece continuamente. Produce drones, aviones y helicópteros. Dispone de más de 10 modelos de tanques y vehículos militares. Se protege por mar con buques de guerra, destructores, lanchas y submarinos. Y su mayor poder disuasorio es su programa de misiles que incluye misiles balísticos y de alta precisión.

Por su parte, la producción científica y los avances tecnológicos, que son considerados como los principales medidores del desarrollo de un país, en Irán, pese a las duras sanciones a las que está sometido desde el exterior, la ciencia ha sabido florecer gracias a la capacidad de los iraníes.

En el contexto nuclear, Irán logró enriquecer uranio al 3,5 por ciento en 2007, y en 2012 pudo enriquecer uranio al 20 por ciento para inyectarlo a la planta de investigación de Fordo, en el centro del país. Ahora, Irán es uno de los pocos países productores de energía nuclear en el mundo.

Aunque Irán aparece clasificado entre los países en desarrollo, ha cosechado grandes avances en el sector aeroespacial, convirtiéndose en uno de los pioneros en esta materia.

En 2009, Irán lanzó el primer satélite de fabricación propia. Con el satélite Omid, entró en el reducido club de los nueve países que cuentan con dicha capacidad. El primer cohete iraní fue lanzado al espacio con éxito en 2013, con un mono a bordo. Con el lanzamiento del segundo cohete con un ser vivo, Irán dio otro paso hacia el envío del hombre al espacio.

Sus logros científicos se destacan también en la biotecnología. Los ingenieros en genética iniciaron en los últimos años importantes investigaciones, las cuales han dado como resultado la producción y exportación de decenas de biomedicinas. Irán se encuentra entre los 10 primeros países del mundo en el ámbito de la investigación y la tecnología de células madres. Ha registrado grandes éxitos en cuanto a clonación animal se refiere. Asimismo, ha alcanzado grandes logros en el trasplante de médula ósea, ocupando la segunda posición en el planeta, después de Italia.

A ello, hay que añadir los avances en el campo de la nanotecnología. Aunque esta materia es todavía muy joven, Irán ha avanzado bastante ubicándose entre los seis mejores países del mundo. Irán ya ha iniciado la exportación de nanotecnología a Corea del Sur y China, países pioneros en esta industria.

Con todo lo expuesto sobre el pasado y la situación actual de Irán, hay que señalar que el país pese a las presiones y manipulaciones mediáticas a gran escala, es considerado como un país modernizado e independiente en muchos aspectos, gracias a las políticas económicas y sociales de la Revolución Islámica.



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