viernes, 12 de enero de 2018

COMO ERA CHINA ANTES DE LA REVOLUCIÓN DE MAO ZEDONG

El 1 de octubre de 1949, en las postrimerías de la Guerra Civil China, cuando los nacionalistas del Kuomintang ya sólo controlaban algunas ciudades en el sur, el líder del Partido Comunista de China Mao Tse Tung proclama la República Popular China desde la puerta de Tian'anmen de la Ciudad Prohibida de Pekín.

Antes de 1949, China fue un país abrumadoramente de campesinos empobrecidos que apenas subsistían en condiciones desesperadas. Fue una sociedad en que los matrimonios concertados, la brutal práctica de vendarle los pies a la mujer y el infanticidio de niñas (pues las consideraban “inútiles”) eran comunes en el campo. En una ciudad como Shanghai, cada año se recogían 25.000 cadáveres de las calles. Fue un país en que cuatro millones de personas morían al año de enfermedades contagiosas y 60 millones eran adictas al opio.




CHINA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX

China entró en el siglo XX en total decadencia de su sistema dinástico para ser luego desgarrada por guerras intestinas y casi cincuenta años de dominación por parte de Europa, Estados Unidos, Rusia y Japón. En política exterior, la guerra contra Japón en 1895 y la firma del tratado de Shimonosheki había cedido laos territorios de Corea y Manchuria a esta nueva potencia imperial y las rebeliones de los boxers en 1900 fueron claves en la caída del imperio chino. En los primeros años de la República de Sun Yat-sen se produjo el desmembramiento casi total del territorio en zonas de influencia dominadas por caciques y a lo largo de la primera mitad del siglo XX hubo brotes nacionalistas, guerras internacionales y una guerra civil. 

En 1911, el decaído Régimen Imperial decidió nacionalizar el sistema de ferrocarriles Chino. Esto ocasionó revueltas en toda China, y grandes regiones del país se volvieron independientes de la autoridad central. Esta revolución marcó el final de una época, ya que casi 2’000 años de tradición imperial China llegaron a su fin. El siglo XIX había destripado a la monarquía y a la tradición China de su autoridad, y muchos Chinos comenzaron a sentir que la única manera de salvar a China era seguir ejemplos occidentales. Sin embargo el problema principal de la Revolución, fue que pronto descendió al faccionalismo. 
Pu Yi, último emperador de China

En Febrero de 1912, el último Emperador Chino abdicó y Yüan Shih-kai, un poderoso primer ministro, fue elegido como presidente. Un parlamento Chino fue establecido y al día siguiente el partido nacionalista de China, el Kuamintang, fue formado. Sun Yat-sen, un poderoso miembro del Kuomintang que hasta hoy es considerado el padre de la China moderna, colaboró con Yüan hasta 1913, cuando este último atentó un golpe de estado, y Sun tuvo que volar a Japón. En respuesta, Sun reorganizó el Kuomitang bajo el modelo de la sociedad secreta y más tarde un partido revolucionario. Yüan permaneció en el poder hasta 1916, cuando presiones políticas lo derrocaron. Yüan nunca fue capaz de resolver el problema más grande de China: en la ausencia de un autoridad central fuerte, los caudillos se habían apropiado de mucho de China. Entre 1912 y 1928 por ejemplo, había más de 1300 de ellos controlando varias partes del país. 


La lucha entre el Kuomintang y el PCCh

El 12 de marzo de 1925 murió Sun Yat-sen. En la primavera del mismo año, China se vio estremecida por un sin número de huelgas obreras. Más adelante, ésta desembocaría en guerra civil. El 25 de mayo, la policía japonesa arrestó a muchos huelguistas en Tsinhtau. El 30 del mismo mes, en solidaridad con los arrestados, los trabajadores realizaron manifestaciones en Shangai. La policía británica abrió fuego contra ellos. El conflicto se extendió hasta Hong Kong, Cantón y otras poblaciones.

Mientras tanto, Chiang Kai-Shek ganaba influencia dentro del ala derecha del Kuomintang, conformada por fuerzas burguesas reaccionarias. Mientras los generales atacaban al movimiento obrero en Kuantung, se formaba un "gobierno revolucionario" y un ejército de campesinos y trabajadores. En septiembre de 1926, las fuerzas revolucionarias ocuparon Hankeu; después marcharon hacia Shangai donde llegaron en marzo de 1927.

La década de 1928-37 fue una de consolidación y logro por el Kuomintang. Algunos de los aspectos más duros de las concesiones y privilegios extranjeros en China se moderaron a través de la diplomacia. El gobierno actuó enérgicamente para modernizar los sistemas legales y penales, estabilizar precios, amortizar deudas, reformar los sistemas bancarios y cambiarios, construir ferrocarriles y carreteras, mejorar los establecimientos de salud pública, legislar contra el tráfico de narcóticos y aumentar la producción industrial y agrícola. También se lograron grandes avances en educación y, en un esfuerzo por ayudar a unificar a la sociedad china, en un programa para popularizar el idioma nacional y superar las variaciones dialectales. El establecimiento generalizado de las instalaciones de comunicaciones fomentó aún más un sentimiento de unidad y orgullo entre la gente.

Chang Kai Shek y Mao

El prestigio de Mao aumentó constantemente después del fracaso de las insurrecciones urbanas dirigidas por la Comintern. A fines de 1931 pudo proclamar el establecimiento de la República Soviética de China bajo su presidencia en Ruijin Provincia de Jiangxi. El Buró Político del PCCh de orientación soviética acudió a Ruijin a invitación de Mao con la intención de desmantelar su aparato. Pero, a pesar de que aún no había logrado ser miembro del Buró Político, Mao dominó el proceso.

A principios de la década de 1930, en medio de la continua oposición del Buró Político a sus políticas militares y agrarias y las campañas de aniquilación letales emprendidas contra el Ejército Rojo por las fuerzas de Chiang Kai-Shek, el control de Mao sobre el movimiento comunista chino aumentó. 

La Larga Marcha o en  pinyin, Cháng Zhēng, también llamada Gran Marcha, fue un episodio de la primera etapa de la guerra civil china que se produjo entre los años 1934 y 1935, que consistió en una retirada de 12 500 kilómetros, desde el sur al norte del país, del Ejército Rojo, las fuerzas armadas del Partido Comunista de China (PCCh), huyendo del Ejército nacionalista al mando de Chiang Kai-shek.

La épica Long March de su Ejército Rojo y sus seguidores, que comenzó en octubre de 1934, aseguraría su lugar en la historia. Obligados a evacuar sus campamentos y hogares, los soldados comunistas y los líderes del gobierno y del partido y los funcionarios que suman unas 100.000 personas (incluidas solo 35 mujeres, las esposas de los altos dirigentes) emprendieron una retirada indirecta de unos 12.500 kilómetros a través de 11 provincias, 18 cordilleras, y 24 ríos en el suroeste y noroeste de China. Durante la Larga Marcha, Mao finalmente ganó el comando indiscutido del PCCh, expulsando a sus rivales y reafirmando la estrategia de la guerrilla. Como destino final, seleccionó el sur de Shaanxi Provincia, donde unos 8,000 supervivientes del grupo original de la provincia de Jiangxi (junto con unos 22,000 de otras áreas) llegaron en octubre de 1935. Los comunistas establecieron su cuartel general en Yan'an , donde el movimiento crecería rápidamente durante los próximos diez años. Contribuir a este crecimiento sería una combinación de circunstancias internas y externas, de las cuales la agresión japonesa podría ser la más significativa. El conflicto con Japón, que continuaría desde la década de 1930 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, fue la otra fuerza (además de los comunistas) que socavaría el gobierno nacionalista.

Durante la Larga Marcha, los comunistas, eventualmente liderados por Mao Zedong y Zhou Enlai, escaparon en círculos hacia el oeste y el norte, recorriendo alrededor de 12 500 kilómetros en 370 días. La dureza del viaje a través de la China interior, que solo completaría alrededor de una décima parte de las tropas que salieron de Jiangxi, haría de este uno de los episodios más significativos y determinantes en la historia del Partido Comunista de China, que sellaría el prestigio personal de los nuevos dirigentes del Partido, con Mao a la cabeza, en las décadas siguientes.


La invasión japonesa

Japón era un estado imperialista en expansión que necesitaba nuevas tierras para su desarrollo industrial: la necesidad de materias primas unidas a un auge del imperialismo justificaron la invasión japonesa a China. Al igual que Estados Unidos justificó la guerra con España por Cuba con la voladura del Maine, Japón hizo lo mismo con el incidente de Mukden: En 1931 se produjo una explosión en el ferrocarril del Sur de Manchuria de propiedad nipona. Japón acusó a China de estar detrás de este incidente, enviando sus tropas en 1932, alegando la defensa de sus intereses, y una vez expulsadas las tropas chinas, creó la República de Manchukuo. En realidad no era sino un protectorado intervenido por los nipones a través de un gobierno títere encabezado por el último emperador de China, Puyi, apeado del trono tras la proclamación de la República China en 1912. En 1934 sería nombrado emperador de Manchukuo, hasta que en 1945, tras la derrota japonesa en la II Guerra Mundial, desapareció como estado.

China elevó una protesta en la Sociedad de Naciones, provocando el abandono de Japón de esta sociedad en 1933 tras intentar justificar la invasión como una legítima defensa de sus intereses.

A partir de 1937 Japón acometió la invasión del resto de China, originando la Guerra Chino-Japonesa, ocupando Shangai en agosto de 1937 y Naikim en noviembre de 1937, guerra  que se extendería hasta 1945, ya dentro de la Segunda Guerra Mundial.


Segunda guerra chino-japonesa

En 1937 Asia se convirtió en un tablero de juego de las grandes potencias que anticipaba el gran conflicto mundial de los años siguientes. La Alemania nazi apoyó a Japón en su enfrentamiento con China, que a su vez tenía el respaldo económico y armamentístico de la URSS y los Estados Unidos. El expansionismo nipón no tenía límite, y después de hacerse con el control de Manchuria —con la excusa del incidente Mukden, un sabotaje de falsa bandera a una empresa de ferrocarril nipona en esta región china— se lanzó a la conquista de su rival. Pekín fue tomada con rapidez, y después de la capital fueron cayendo nuevas ciudades. El gobierno chino trasladó la capitalidad a Wuhan y desde allí comenzó una feroz resistencia. El ataque a Pearl Harbor internacionalizó este conflicto entre China y Japón, y su enfrentamiento bélico pasó a ser una parte más de la II Guerra Mundial. El fin de esta contienda llegó tras el lanzamiento de las dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki y la posterior firma de rendición de Japón, con la que China consiguió recuperar sus territorios y Corea pasó a ser independiente.

En agosto un ejército japonés de 300 000 hombres atacó Shanghái, los chinos los duplicaban en número, pero la superioridad nipona en disciplina y tecnología inclinó la batalla a su favor, en noviembre de ese año la ciudad ya estaba bajo poder de las tropas japonesas, a un costo de 250 000 chinos muertos. Mientras, otra fuerza japonesa de 140 000 nipones atacó Taiyuan y Xinkou, los defensores chinos (580 000 en la primera y 280 000 en la segunda) fueron vencidos tras dos meses de feroces combates, los chinos tuvieron 200 000 muertos. En menos de un año el ejército japonés ocupó la mayor parte de la franja costera oriental de China, controlando los principales centros de producción económica. Al régimen títere de Manchukuo se sumaron otros tres regímenes títeres, uno en Mongolia Interior, que los japoneses querían separar de China como habían hecho con Taiwán y Manchuria, y otros dos regímenes títeres en Pekín y Nankín. En esta última ciudad las tropas japonesas entraron el 13 de diciembre de 1937 desencadenando una campaña de extraordinaria violencia contra la población civil, la llamada masacre de Nankín, en la que murieron miles de personas (las estimaciones varían desde unas 20 000 a 200 000 víctimas, según las fuentes).


Luego de intensos combates hacia finales de octubre los chinos empiezan a ceder terreno, a pesar de su heroica resistencia en varias partes de la ciudad, y el 8 de noviembre terminan abandonando Shanghái. Los remanentes chinos se dirigieron hacia Nankín, mientras que Chiang ya había establecido su base en Hankow un poco antes, en la China Central. Shanghái demostró que sí se podía ganar la guerra, aunque esta tardara décadas; por lo demás se dedicó a pedir ayuda internacional. Los japoneses furiosos, avanzaron sobre Nankín o Nanjing donde trabaron otro devastador combate que terminó con la caída de la capital de dicha ciudad en diciembre de 1937. Al norte del río Amarillo, los japoneses fueron detenidos. y como represalia para que sus soldados se diviertan, los líderes militares japoneses no tuvieron mejor idea que dejar que sus muchachos den rienda suelta a sus bajos instintos y así, acaece la Masacre de Nanjin. Los soldados imperiales perpetraron saqueos, violaciones, destrucción, muertes superfluas, asesinatos en masa, prisioneros destinados a campos donde eran tratados como ratas de laboratorio, entre otras atrocidades. La masacre duró casi cuatro meses y dejó un saldo entre 200 mil a 300 mil muertos según diversas fuentes entre civiles y militares. En dicha ciudad se instaló un gobierno títere.
masacre de Nankin

A inicios de 1938, los nipones presionaron desde el noreste hacia el sur en dirección de nudo ferroviario de Suchow, y esta vez, si bien los chinos pelearon de modo espectacular, no pudieron derrotar al invasor. Chiang decide, por si fuera poco, dar un ataque sorpresa en Tai-erh-chuang que fue un éxito pues los chinos lograron aislar y cercar a 60 mil soldados japoneses. Los chinos no dejaron dudas de su astucia pues las pérdidas niponas fueron dolorosas, además se perdieron abastecimientos, transportes, municiones, armas y hombres.

La moral de los imperiales se fue por los suelos, aunque ya no tenían más alternativa que mirar hacia adelante. Atacaron con sus columnas desde el este por las orillas del Yang-tze kiang hasta Hankow, la cual cayó el 25 de octubre de 1938 tras una lucha salvaje y sin cuartel que duró 5 meses. Las bajas de ambos bandos fue siniestra pero los japoneses siempre estuvieron un paso adelante ya que su aviación causaba estragos en los chinos. Esta vez Chiang trasladó su capital hacia Chung-King y aplicó la misma táctica que Stalin aplicaría años más tarde: “la tierra quemada”. Los japoneses se encontraron con otro dolor de cabeza al avanzar por los destruidos y extensos territorios chinos. Para mantenerse en contacto con la costa o territorios alejados los chinos utilizaron tácticas guerrilleras que no dejaban de hartar al enemigo. Así llegó octubre de 1938 y los invasores realizaron otro desembarco en la costa sur de China que logró tomar la ciudad de Cantón, el principal puerto de ayuda militar para el país luego de que Shanghái cayera

En 1939 en vísperas de la ofensiva sobre Polonia, los nipones lanzaron operaciones anfibias tomando la isla de Hainán y otros puertos chinos para detener la ayuda extranjera. A China así le quedaba sólo dos caminos para recibir recursos foráneos, una a través de la delgada vía que unía el puerto de Haiphong en la Indochina francesa con Nankin, mientras que la otra era tortuosa carretera de Birmania. Muchas batallas hubo en este año por supuesto, y lo mismo en 1940, entre ellas la de Amoy, Chongquing, Wuha, Nanchang, Changsha, etc.

Entre 1940 y 1942 los combates fueron muchísimos en el propio territorio chino tales como Zaoyang-Yichan-Shanggao, Shanxi, las batallas de Changsha, Zhejiang-Jiangxi, entre otras como la fallida invasión a Sichuan con victoria para los chinos. En síntesis, luego de la toma de los puertos, Japón no obtenía grandes victorias en China, y su avance fue lento. Las reservas del país, humanas y de recursos, parecían acabarse a simple vista, pero a decir verdad, eran inagotables, los aliados empezaron a ayudar indirectamente a los chinos, no sólo con material bélico, sino también con militares que adiestraron a las tropas y con el ingreso de Estados Unidos a la guerra, todo fue cambiando. Además, Chiang llegó a enviar hasta 30 mil soldados a Birmania cuando ya se había abandonado Rangún. Trataron de detener el arrollador avance japonés hacia el noroeste, es decir hacia la frontera con China y a pesar de retrasarlos no tuvieron éxito en repelerlos totalmente. Poco después, ambos ejércitos chinos, el 5 y el 6, se pusieron bajo el mando de Stilwell, estadounidense.

A pesar de las derrotas de los japoneses en Midway y Guadalcanal, en la primavera de 1943, la carretera de Birmania aún estaba bajo su poder complicando el abastecimiento a China. El escenario de la guerra Asia-Pacífico permaneció casi inactivo en 1943, aunque esto fue aprovechado por los estadounidenses al mando de Stilwell, pues se intensificó el entrenamiento del Ejército Chino.

Entre 1942 y 1943, a pesar de todas las bajas sufridas en China, la ventaja siguió manteniéndose en el bando de los nipones (aunque en el año 1944 empezó el fin). También hay que reconocer que la ayuda de los comunistas chinos casi ni existió pues Mao tse Tung era frío y calculador y tras su ruptura con Chiang no le tembló la mano a la hora de dejarle todo el peso de la guerra. Por fortuna para los nacionalistas, se estrecharon lazos con Churchill y Roosevelt tras reunirse con ellos en noviembre de 1943 en El Cairo, Egipto.

No fue hasta 1944 cuando los líderes japoneses mostraron interés en China de nuevo. Debido a la presencia de bases aéreas estadounidenses en China, Japón lanzó la operación Ichi Go con 400 000 soldados, cuyo objetivo era eliminar estas bases, con lo que detendría los bombardeos a las islas japonesas. Además, se formaría un enlace terrestre con la guarnición japonesa en la Indochina francesa. La operación fue un éxito, pero las bases estadounidenses fueron trasladadas a las recién capturadas islas Marianas, y los bombardeos sobre Japón continuaron.

Con el debilitamiento de las fuerzas niponas en múltiples frentes, al final China no podía seguir siendo una prioridad para Tokio y el frente allí quedó casi estático. Así en la primavera de 1945 Chiang lanza una contraofensiva y recupera Hunan y Guangxi,. luego se pensó en recuperar Guangdong para obtener un puerto y una salida al mar mediante la Operación Carbonado. La rendición de Alemania en mayo de 1945 selló finalmente el destino de Japón, ya que permitió al Ejército Rojo soviético intervenir en Manchuria el 8 de agosto de ese año, dos días después de que la bomba atómica fuese lanzada por los Estados Unidos sobre la ciudad japonesa de Hiroshima y un día antes de que otra bomba fuese lanzada sobre Nagasaki . Estos hechos forzarían la rendición japonesa y su retirada de Asia continental. Chiang quedó aparentemente como líder del país, pero el hambre, la destrucción, el desempleo, la inflación y la pobreza generalizada, lo habían vuelto bastante impopular. Por otra parte estaba Mao Tse Tung, que había incrementado sus miembros a más de un millón, y había aprovechado para fortalecerse mientras los nacionalistas soportaron todo el peso de la guerra contra los japoneses.

Todo el territorio ocupado, así como Manchuria y Taiwán, volvían a estar bajo soberanía nominal china, y Chiang Kai-shek restablecía el gobierno de Nankín. Sin embargo, las fuerzas comunistas de Yan'an, muy fortalecidas por los años de guerra y por la intervención soviética en Manchuria, aumentaban su control sobre numerosas zonas de la China rural. La salida de los japoneses daba paso así a una guerra civil abierta entre el Kuomintang de Chiang Kai-shek y los comunistas de Mao Zedong. Corea dejó de ser japonesa y se dividió en dos partes: Corea del Norte, la parte apoyada por los soviéticos y [ apoyada por Estados Unidos que años más tarde, comenzaría la guerra de Corea.


China tras la derrota de Japón

Después de la Conferencia de Yalta se formó un gobierno nacionalista (Kuomintang). El 28 de agosto  de 1945 Mao y Chiang Kai-Shek realizaban "conversaciones de paz" que desembocaron en el "Acuerdo de Paz" el 10 de octubre del mismo año. Pero, "Paz" no es "Emancipación", entonces, pronto Chiang Kai-Shek volvió al ataque de las "zonas liberadas". Ahora estaba masivamente respaldado por los Estados Unidos. Sin embargo, para noviembre de 1948, Mao había conquistado totalmente el Noroeste de China; para enero de 1949, Tientsin, Pekín y Chinakiakan estaban liberadas. A finales de año, Chiang Kai-Shek y sus tropas del Kuomintang fueron expulsados a Formosa, donde permanecieron bajo la protección de EE.UU.

El 1º de octubre de 1949, las masas populares de Beijing se aglomeraron en la plaza de Tian'anmen para celebrar un solemne acto, en el cual, Mao Zedong, Presidente del Gobierno Popular Central, proclamó la fundación de la República Popular China.

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