viernes, 15 de enero de 2016

EL LUMPENPROLETARIO


Paul Mattick sostiene que es una clase social intrínseca al capitalismo, ya que lo que en el marxismo se denomina “ejército industrial de reserva” no es más que lumpenproletariado: individuos fuera del proceso productivo o con intereses diferentes a la de la clase trabajadora.

Este último hecho, para Marx, era el que confería al lumpen una constante degradación moral y embrutecimiento, progresiva ignorancia y acumulación de tedio, vagancia e indisciplina. Es por esto, principalmente, que no puede tener “conciencia de clase” ni ser un representante de los intereses de los trabajadores. Sólo podía serlo en tanto plegara sus intereses a la clase trabajadora. Pero esto último es lo que le confiere un carácter decididamente reaccionario. Dado que el lumpen no puede tener conciencia de clase, sólo puede tener intereses ligados a otras clases. Se aliará a la clase que mejor beneficie sus intereses, es decir, su intervención en la lucha de clases está regida por las conveniencias ocasionales y circunstanciales de todo momento histórico.


La aparición del lumpenproletario en las organizaciones de masas y colectivos sociales, se caracteriza por el intento de sacar un provecho para el mismo a costa de los propios actores de la organización o del colectivo. Llegará incluso aparentar que defiende con más fuerza que nadie las reivindicaciones de esas organizaciones y colectivos. Sin embargo, en el momento en que se descubra sus intenciones intentará destrozar aquello que con tanta fuerza defendía, convirtiéndose en un aliado más del poder económico.

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