La entrega al gobierno del general Franco la realizó el policía español Pedro Urraca Rendueles a través de la frontera de Irún. Trasladado a la Dirección General de Seguridad en Madrid, permaneció allí hasta el 3 de octubre de 1940, siendo torturado. Desde ahí fue enviado al castillo de Montjuic, que servía de prisión. Allí fue juzgado en consejo de guerra el 14 de octubre. Como había sido juzgado en rebeldía en aplicación retroactiva de la Ley de Responsabilidades Políticas por un tribunal especial de Barcelona, sólo fue juzgado y sentenciado por «Adhesión a la rebelión militar», en una única jornada por un tribunal militar sumarísimo sin garantías. Tras un juicio que duró unas pocas horas, fue sentenciado a morir fusilado. El dictador Franco dio el «enterado», por lo que el fusilamiento tuvo lugar al alba del día siguiente, 15 de octubre de 1940, en el foso de santa Eulalia del castillo de Montjuic. No quiso que se le pusiera una venda en los ojos y murió diciendo: «Per Catalunya!» («¡Por Cataluña!»). VIVA LA REPÚBLICA.
Ángel Ossorio y Gallardo, el destacado abogado y político, su amigo y defensor en el juicio por los hechos de octubre, publicó en 1943, Vida y Sacrificio de Companys. Ossorio y Gallardo fue una personalidad relevante de la Segunda República, aunque hasta la guerra no ocupó cargo político, si bien no dejó de estar en el candelero durante aquellos años. Había vivido como decano del Colegio de Abogados de Madrid los estertores de la monarquía, además de asumir la defensa de Niceto Alcalá Zamora y Miguel Maura en el consejo de guerra que se siguió a los integrantes del Consejo Revolucionario en marzo de 1931.
Tras su destacado papel en las Cortes Constituyentes, en las que defendió de forma ardiente el Estatut de Catalunya, volvió a dedicarse en pleno al ejercicio de la abogacía, su vocación y pasión; sin dejar de dar conferencias y escribir artículos en defensa de las conquistas sociales obtenidas por los trabajadores con el nuevo régimen, así como de la obra educativa republicana.
LA REPRESIÓN EN CATALUÑA
El franquismo supuso en Cataluña, como en el resto de España, la anulación de las libertades democráticas, la prohibición y persecución de los partidos políticos , la clausura de la prensa no adscrita a la dictadura militar y la eliminación de las entidades de izquierdas. Además, se suprimieron el Estatuto de Autonomía y las instituciones de él derivadas, y se derogó la oficialidad de la lengua catalana, reduciendo su uso sobre todo en la administración, en los medios de comunicación, en la escuela, en la universidad, en la señalización pública y en general en toda manifestación pública. Los vencidos fueron desvertebrados. A los numerosos muertos durante la guerra hay que sumar los que fueron fusilados tras la victoria franquista, como el propio presidente Lluís Companys; muchos otros, obligados al exilio, no volverían a su país; gran número de los que no huyeron fueron encarcelados; y muchos más fueron "depurados" e inhabilitados para ocupar cargos públicos o ejercer determinadas profesiones, lo que les dejó en pésima situación económica en una época ya dura de por sí
A partir de la represión, el franquismo creó unas redes de complicidad en la que miles de personas se vieron implicadas o fueron cómplices, de todas las maneras posibles, del derramamiento de sangre infligido, de las persecuciones efectuadas, de la vida de cientos de miles de personas en las cárceles, los campos de concentración o los Batallones de Trabajadores. En definitiva, de las formas más diversas de represión: política, social, laboral, ideológica y, en el caso de Cataluña, de un intento de minorización cultural que pretendía hacer menos notable su específica personalidad regional.
Cuando por la colina donde otros muertos siguen
vivos, como semillas sangrientas y enterradas
creció y creció tu sombra hasta apagar el sol
y se arrugó la forma de la almendra nevada
en la historia, después de este asado, te persiguen
entre viento desatado y tu carne fusilada
tu cuerpo roto, donde brota el dolor
con aguares de llanto en la madrugada
Tu ejemplo grabado en las páginas de la historia
sentimos hervir la sangre, el dolor se agrupa en el costado,
y todo tiene la salida en ese crimen,
tan odioso, de los nazis y el franquismo
por las heridas abiertas, la sangre regó el árbol de la memoria
con un "Per Catalunya"en sus labios, murió Companys, fusilado 
cayó al suelo y nos dijo adiós, mientras el nuevo régimen
se asentaba en tu tierra, dominada por el oscurantismo
Dejad que los claveles de tu viviente herida
mojen los pañuelos en tu sangre sagrada 
y reciban el áspero rocío de tu tierra dorada
que riega las raíces de Cataluña sometida
Pero nada ni nadie ha sido olvidado
no hay ley de punto y final, sino de punto y seguido
para todos aquellos que su vida por los ideales han dado
siempre estarán en nuestro recuerdo, nunca en el olvido
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TAMBIÉN PUBLICADA AQUÍ http://www.lapirenaicadigital.es/SITIO/RECORDANDOALLUISCOMPANYS.html
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