miércoles, 13 de mayo de 2015

LA VIDA DE LOS OTROS

Benito Pérez Galdós escribió en 1912 este texto titulado Episodio Nacional "Cánovas", que bien podría aplicarse ala situación actual.

"Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto.
Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta.
Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte.
No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos...
Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (...)
No creo ni en los revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos (...)
La España que aspira a un cambio radical y violento de la política se está quedando, a mi entender, tan anémica como la otra. Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis étnica, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental.
Tendremos que esperar como mínimo 100 años más para que en este tiempo, si hay mucha suerte, nazcan personas más sabias y menos chorizos de los que tenemos actualmente".
-- 
Benito Pérez Galdós. "La fe nacional y otros escritos" (1912). Editado por Rey Lear editores.
Un estado nace de la unión de ciudadanos libres e iguales  que han dado su consentimiento o aprobación a sus autoridades, y se encuentran por ello vinculados a respetar sus normas: Los propios actos de la ciudadanía  son la base de la obediencia, en pos de un bien común, como sostenía Hobbes.
Partiendo de esta premisa, los ciudadanos ceden parte de su libertad en aras del bien común. Ese bien común puede convertirse en una motivación.

Existen una serie de personas que, por afinidad al sistema vigente, se encargan de perpetuarlo en el tiempo a través de valores culturales: los líderes de opinión, los escritores, los directores de periódicos, los artistas, los profesores y otros creadores perpetúan la ideología dominante a través de la cultura en el sentido amplio del término.

Los seres humanos somos seres sociales e incompletos: necesitamos vivir en comunidad para buscar la aceptación del grupo y sentirnos integrados y protegidos.  Aquí se ve claramente la teoría de la espiral del silencio de Noelle-Neumann, donde la opinión pública es un elemento coercitivo que identifica aquellos valores que son correctos y a los que debe amoldarse el individuo para evitar su aislamiento y marginación.

En todas las sociedades existe ese miedo. Las necesidades sociales se difunden por mecanismos sociales, principalmente por demostración e imitación, por lo que pueden ser creadas y, mediante técnicas publicitarias, puede provocarse que sean fuertemente sentidas por grandes masas de población. Las necesidades humanas tienen dos peculiaridades de gran importancia económica: a) pueden ser mitigadas o satisfechas por objetos diferentes del inicialmente apetecido y b) es imposible satisfacerlas todas de forma global y definitiva ya que son múltiples, se reproducen y aparecen otras nuevas.

Los grupos humanos constituyen siempre una sociedad en que encontramos una estructura y una dinámica. En la estructura hay distintos elementos que dan una organización peculiar a cada grupo-sociedad. Es común la jefatura y también variedades de roles tales como los de hombre y mujer. Las instituciones de justicia son también frecuentes en grupos que tienen algún grado de desarrollo.

Cada estructura da las bases para la dinámica social que es la interacción que se da entre individuos y subgrupos o parcialidades de la sociedad. En última instancia esta dinámica es simplemente una expresión de los requerimientos u objetivos de los individuos que componen esa sociedad. Los que se ven forzados para alcanzarlos a accionar conforme al orden social que se ha generado en la respectiva sociedad.
Las ideologías dominantes de cualquier estado busca influir de una manera directa en la forma de actuación de las personas, como plantearon Marx y Engels en su libro La ideología alemana. En todo estado siempre hay una pugna entre ideologías opuestas por la propia evolución del ser humano: estas ideologías buscan la perpetuidad para evitar su extinción.

Otro objetivo de las ideologías en los estados totalitarios es la sumisión del individuo al colectivo: bajo coacción (física o intelectual) la ideología del grupo de poder restringe la libertad del individuo. El miedo al aislamiento, el miedo al rechazo, los mecanismos culturales…  son herramientas efectivas que influyen en el individuo para que sea este último quien acepte  voluntariamente la propia sumisión.

La ideología del estado busca un fin último sin importar el coste. Esta arma moral actúa como herramienta del poder político sobre los individuos. El control y el temor del estado a la ruptura del pensamiento único justifica cualquier método de coacción sin reparar en medios: en el caso de la vida de los otros, los mecanismos psicológicos actúan eficazmente  modificando y persuadiendo a los individuos a través del miedo y actitudes psicologías que permiten un mayor control ideológico en el estado.

El valor del individuo desaparece si no cumple las funciones del estado, convirtiéndose de facto en un disidente. En caso de adhesión, el individuo está dispuesto a ceder su libertad en pos de la ideología del estado, quedando anulado como individuo, convirtiéndose así en una herramienta más. En caso de no adhesión, el individuo es tomado como un "enemigo" del Estado y debe ser eliminado o aislado. Dicha adhesión es dirigida por el grupo dominante, que es quien plantea los valores éticos y morales de la sociedad, justificando así los sacrificios personales, físicos e intelectuales a favor de un beneficio o fin último mayor  que beneficie, en teoría, al colectivo o la inmensa mayoría.

Antonio Gramsci, escribe esto, en sus" Cuadernos desde la cárcel ": "La supremacía de un grupo social se manifiesta de dos maneras, como " dominación" y como" dirección intelectual y moral ".Un grupo social ejerce su dominio sobre grupos adversos a los que tiende a liquidar o a someter, incluso por la fuerza de las armas, y dirige a los grupos que le son próximos o aliados. Un grupo social puede, e incluso debe, ser dirigente, antes de conquistar el poder gubernamental y esta es una de las primeras condiciones para la conquista del poder misma. Después, cuando ejerce el poder incluso si lo detenta con firmeza, se convierte en el grupo dominante, pero debe de seguir siendo el grupo dirigente". A.Gramsci Cuadernos desde la cárcel

Dentro del propio estado existen una serie de personas o instituciones que permiten perpetuar la ideología dominante a través de la cultura, del lenguaje, del arte… este medio tiene un fin muy claro: decidir qué es beneficioso o perjudicial para el estado y la sociedad, eliminando así todo pensamiento disidente y crítico. Las listas negras, la censura, el desprecio a la individualidad… son los mecanismos más frecuentes de actuación y persuasión.


Todo sistema político defiende una serie de valores que trata de prolongar indefinidamente en el tiempo y en la sociedad: esa es la clave del éxito de la hegemonía, el mantenimiento y continuidad del poder cultural, económico y político. Los Estados necesitan conseguir la adhesión y el apoyo de la población a sus políticas: A través de la prensa y los Medios de Comunicación consiguen manipular a la opinión pública, que participa en el gobierno mediante el sufragio universal, para conseguir sus objetivos.

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