viernes, 30 de mayo de 2014

LOS AÑOS DE LA DOLCE VITA

Durante la década de los cincuenta y los sesenta, Italia vivió un boom económico tras la caída del régimen fascista de Mussolini. Los estadounidenses vieron en Roma un reflejo del esplendor y la alegría de vivir en la capital de la península itálica en una época donde la ciudad se convirtió en la Hollywood de Europa al mismo tiempo que convivían un nuevo glamour y un nuevos estilo de vida, estilo que quedó plasmado en la película de Federico Fellini LA DOLCE VITA.

La exposición está compuesta por un total de 160 fotografías que retratan los exponentes más importantes de la cultura italiana y del auge del cine de temática romana. Destacan los fotógrafos Marcello Geppetti (1933-1998), fotógrafo que trabajó en Guiliiani y la agencia Rocca para convertirse luego en freelance, quien retrató con su cámara el primer desnudo de Brigitte Bardot y el beso entre Liz Taylor y Richard Burton, instantánea que pertenece a la lista de las treinta fotografías más famosas de la historia; Arturo Zavattini, quien se encargó de fotografiar las grandes películas como Cleopatra, Ben-Hur o Espartaco. Ambos fotógrafos, junto a Tazio Secchiaroli, capturaron con sus objetivos las primeras instantáneas en las que muestran a las celebridades del momento en situaciones comprometidas, creando un nuevo modelo de fotógrafo: los paparazzi, los cuales formarían una parte indivisible entre la fotografía y el mundo del espectáculo, convirtiendo a la fotografía en una parte indispensable del mundo rosa, donde prima más el morbo y el cotilleo que la información periodística; es decir, donde lo fundamental no es informar sino entretener.

Los paparazzi también sirvieron para hacer publicidad de las marcas italianas: Marcas de moda como BRIONI o BULGARI eran utilizadas constantemente en las películas de Hollywood y el cine ayudó a difundir las marcas italianas entre los espectadores: Artistas como Liz Taylor y Richard Burton usaban joyas y bisutería de la marca BULGARI, quien supo forjar un estilo osado, colorista y transgresor al  crear un tallaje innovador en forma de estructuras geométricas, creándose así una demanda de dicha marca italiana. En el caso de BRIONI, actores como John Wayne o el personaje de 007, James Bond, difundieron el estilo elegante, exclusivo y atemporal de esta firma de ropa italiana, especializada en la minuciosa atención que prestan a los pequeños detalles, como la selección de los tejidos más selectos del mercado y el trabajo a mano de los propios sastres para crear las diversas piezas de ropa, permitiendo que la ropa se adapte a la perfección del cliente.

A través del mundo de Hollywood, el espíritu de la dolce vita se difundió por todo el planeta generando una demanda de productos de ropa y complementos italianos gracias a la producción cinematográfica, como muestra el documental Hollywood sobre el Tíber, que muestra como Roma se convirtió por unos años en la Hollywood europea.



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