Sin
embargo, los miembros de esta extraña pareja se necesitan mutuamente: la
literatura se publicita mediante la prensa, dándose a conocer y la prensa
necesita a los literatos como un elemento de prestigio para el propio
periódico.
No
obstante, se plantea un nuevo problema: la objetividad periodística. El
periodismo actual es una forma más de difusión de información donde los
mensajes son un discurso sobre lo que pasa en cada parte del mundo y, como
todos los discursos, tiene una parte de subjetividad. Llegamos, entonces, a un punto crítico donde
el periodismo trata de informar de manera veraz y objetiva sobre un tema y los
periodistas tienen que dejar a un lado sus opiniones personales para transmitir
esa información con la mayor objetividad posible, aunque ésta nunca podrá ser
total.
Para
ello, los periodistas utilizan ensayos renovadores: uno de ellos es el Nuevo
Periodismo, un híbrido entre literatura y periodismo que abarca desde
narraciones hasta elementos propios de la investigación periodística.
El
Nuevo Periodismo apareció en España de la mano de Tom Wolfe. Este ensayo
renovador abarca desde la prensa underground hasta la nueva forma de comunicar
sucesos en los medios de comunicación oficiales.
Su
aparición vino acompañada con la crisis del estado del Bienestar, la decadencia
del movimiento hippie y la aparición de otros movimientos sociales opuestos a
la filosofía del hippismo, como el movimiento skinhead, el mod o el rude boy. Este
nuevo estilo coincide con una crisis de la novela tradicional en los Estados
Unidos, la incorporación de los movimientos vanguardistas de principios del
siglo XX y, por supuesto, todos los cambios políticos y sociales de los años sesenta.
Sus
principales características son la construcción escena por escena, dejando de
lado la narración histórica; la incorporación de diálogos al texto
periodístico, la creación de un punto de vista en tercera persona dando la
impresión de cercanía al lector y la minuciosa descripción de los hábitos,
gestos cotidianos, modales… que dan una mayor sensación de realismo.
La
narración de los acontecimientos en primera persona y su subjetivismo
permitieron al Nuevo Periodismo mostrar una gran implicación en los problemas
de la sociedad estadounidense gracias al realismo de sus obras.
Thomas Kennerley Wolfe nació en Richmond, Virginia el 2 de
marzo de 1930. Tras intentar triunfar como deportista sin éxito, empezaría a
trabajar como periodista a finales de los años 50 colaborando en diversas
publicaciones como el “Esquire”, “The Washington Post” o el “New York Herald”.
Tras pasar siete años en una escuela pública, terminaría sus
estudios en el colegio privado St. Crhistopher's, llegando a ser editor del periódico estudiantil The
Pine Needle, actividad que compaginaba con sus aficiones a la lectura, el
ballet y el beísbol. Su pasión por la
literatura le llevó a un pequeño periódico literario llamado Shenandoah.
Tras pasar por las
universidades de Princeton, Washington and Lee University y Yale, consigue
graduarse en 1957 con una tesis titulada
"The League of American Writers:
Communist Organizacional Activity among American Writers, 1929-1942"
en la cual mostraba las influencias comunistas en la literatura norteamericana.
Su carrera periodística le ha llevado a trabajar como corrector de pruebas del Daily News, y periodista en el Springfield Union de Massachusetts. En 1959 entró en el Washington Post convirtiéndose en la estrella de la sección "City Life". En 1961 ganó el Washington Newspaper Guild Awards en las categorías de reportaje extranjero (por uno sobre Cuba) y humor.
Su carrera periodística le ha llevado a trabajar como corrector de pruebas del Daily News, y periodista en el Springfield Union de Massachusetts. En 1959 entró en el Washington Post convirtiéndose en la estrella de la sección "City Life". En 1961 ganó el Washington Newspaper Guild Awards en las categorías de reportaje extranjero (por uno sobre Cuba) y humor.
Tom Wolfe volvió al Herald
Tribune, el primer diario neoyorkino donde trabajó
y donde empezó a destacar por su talento. Actualmente trabaja en la revista Esquire, revista de la que es
colaborador desde 1963, convirtiéndose en el principal artífice y abogado de la
revolución iniciada por el Nuevo Periodismo.
Dicha revolución cambió el estilo de la noticia tradicional: Los personajes de sus historias alcanzaban la dimensión de protagonistas de una mininovela gracias al uso de frases coloridas llenas de onomatopeyas.
Dicha revolución cambió el estilo de la noticia tradicional: Los personajes de sus historias alcanzaban la dimensión de protagonistas de una mininovela gracias al uso de frases coloridas llenas de onomatopeyas.
Wolfe logró atraer a la prensa de gran difusión hacia temas
y personas marginadas hasta entonces. Su trabaja en la revista Rolling Stone, le permitió cubrir temas como la Guerra de
Vietnam.
Tom
Wolfe ha sabido compaginar su pasión por la literatura y su labor como
periodista dejando un gran legado literario y marcando un punto de inflexión en
la historia del periodismo universal.
Tom Wolfe |
Sublime Daniel. Muy buen articulo sobre Wolfe y el Nuevo Periodismo ^^
ResponderEliminarRepasa el penúltimo párrafo, que tiene una pequeña errata.
Un saludo!