domingo, 19 de agosto de 2012

GRACIAS QUERIDA MÍA

Siempre soñé poder yacer en tus brazos
tras largas batallas y derrotas
tras dejar atrás miles de banderas e ilusiones rotas
y volver a sentir el calor de tus abrazos

Siempre quise yacer contigo en el mismo lecho
donde puedo acabar derrotado, pero nunca perdedor
donde colocar mi cabeza cansada en tus mágicos pechos
que me proporcionan vida a mi sangre y a mi cuerpo calor

Siempre puedo apalancarme en el imperio de tu cama
donde siempre seré bien recibido
donde siempre tendré tu cobijo y tu abrigo
entre tus blancas sábanas

Siempre podré contar contigo, querida mía
pues tú siempre me reconfortas y me devuelves la vida
recordándome que la guerra no está aún perdida
que no todas las mañanas sopla una brisa fría

Gracias por todo, cariño, querida compañera
por servirme de apoyo y de sustento
que me sirve de aire y alimento
para renacer como la naturaleza en primavera

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