Traspasé innumerables caminos
En busca de un destino
Que me dotara de razón
Para amarte y adorarte
No como mujer
Sino como un ángel.
Divino regalo del cielo
¿Qué es de menester para estar contigo,
Sí solo soy hombre, polvo del camino?
Sólo soy carne y huesos
Y corazón palpitante
Que es lo único que me da fuerzas
Para comportarme como un señor venerable.
Todos los días miro al cielo
Donde blancas palomas
Vuelan hacia la mar
Para no volver jamás
Dime,
No me tortures, rosa del camino
No me dejes en este invierno
Transfórmalo en colorida primavera
Donde las flores compitan con tu belleza
¿Por qué me torturas?
¿Me niegas seguir el destino?
¡Oh, triste herencia!
¡Oh, cruel destino!
Deja que mi carne se funda con la hierba del camino
Deja que mi sangre sea savia de los pinos
Arráncame el corazón
¡Te lo suplico!
Tan fuerte era el dolor
Que mano sangre y lágrimas
Como niño desvalido
Que busca refugio en su nido
Ya Dios me acompañó a tu nido
Donde carne y alma se juntan
En ritual divino
Ya paró el tiempo
Se detuvo el viento
Cuando tus labios
Se unieron con los míos.
Corre otra vez la brisa
De manantiales cristalinos
Donde nosotros estamos unidos
Para siempre en el infinito
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