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viernes, 18 de enero de 2019

ALEMANIA DURANTE EL SIGLO XIX

El 18 de enero de 1871 es el inicio de Alemania como país con la institución del Imperio Alemán. Tras la victoria de Prusia en la Guerra Franco-Prusiana, se consigue la unificación de los diferentes estados alemanes, excluyendo a Austria. De esta manera Prusia se convierte en Alemania bajo el régimen del canciller Otto von Bismarck, uno de los estadistas más importantes del siglo XIX. A partir de entonces se inicia un período de gran desarrollo nacional en los ámbitos de economía, política y milicia. Desde entonces, Alemania es considerada junto con el Reino Unido, una de las principales potencias del mundo. Bajo este liderazgo, Alemania experimentó rápida industrialización, y el nacionalismo alemán militante surgió a finales del siglo XIX.

Antecedentes

En la segunda mitad del siglo XIX, la grandeza militar de Francia fue vencida por un estado alemán, conocido como Prusia, y así emergió una nueva y poderosa Alemania. Tras el fracaso de las revoluciones de 1848, la confederación alemana, compuesta por más de 40 estados, quedó más desunida de lo que hahia estado en siglos. Los dos estados más poderosos, Austria y Prusia, luchaban por el poder sobre toda Alemania. Aunque al principio era la más débil, la industria y el comercio de Prusia creció en la década de 1850. Su creciente poderío era apoyado por el káiser de Prusia y su nuevo primer ministro, Otto von Bismarck. Austria y Prusia fueron a la guerra contra Dinamarca para controlar los ducados de Shlesvvig y Holstein. Aunque ambos ducados pertenecían a la familia real de Dinamarca, muchos alemanes vivían allí. Dinamarca fue vencida y los dos ducados quedaron bajo el control de los alemanes, pero Austria y Prusia comenzaron a reñir sobre cómo debían ser administrados.

Batalla contra Austria

Después de la Guerra de los Ducados, Austria se había quedado con el ducado de Holstein. Bismarck estaba descontenta con la administración austríaca en el condado y declaró la guerra a Austria en el año 1866. Prusia derrotó a Austria en la guerra y pasó a dominar a los Estados del norte de la Confederación.

En 1866, Bismarck disolvió la confederación alemana y Austria le declaró la guerra a Prusia, confiando en la victoria. No obstante, no tuvieron en cuenta la destreza y la fortaleza del ejército prusiano. Las fuerzas prusianas arrasaron el territorio austríaco a una velocidad alarmante y el poder del imperio Habsburgo austríaco fue debilitado para siempre cuando los austríacos fueron vencidos el 3 de julio de 1866, en la batalla de Sadowa. Bismarck luego formó la confederación del norte de Alemania, con Prusia como su miembro más poderoso. 

Batalla contra Francia 

La batalla de Sedan, en el oriente de Francia, el 1 y 2 de septiembre de 1870, fue la escena de un conflicto desigual entre las fuerzas prusianas y las francesas. Las fuerzas francesas fueron superadas en número, de dos a uno. Aunque Leboeuf, el ministro de Defensa francés, había asegurado que la preparación francesa era total, cuando la batalla comenzó se encontró con que no todos los carabineros franceses tenían un rifle. Rodeados e incapaces de huir, Napoleón III y una tropa francesa de 85.000 hombres finalmente fueron obligados a rendirse. 

Con un ejército formado por militares prusianos y germánicos, Prusia condujo la invasión y conquista de Francia. Guillermo I fue proclamado emperador de Alemania en 1871, completando el proceso de unificación de Alemania. En 1871 fue firmado el Tratado de Frankfurt entre Francia y Alemania. Como vencidos, los franceses tuvieron que pagar una elevada indemnización de guerra y ceder a Alemania los territorios de Lorena y Alsacia.


El kaiser Guillermo I

Partidario de una monarquía fuerte, emprendió inmediatamente una profunda reorganización del ejército con el objetivo de hacer realidad la realpolitik, el proyecto de unidad alemana. El Landtag, el parlamento bicameral, no aprobó las partidas presupuestarias necesarias para su financiación, pero Bismarck, su nuevo canciller, hizo caso omiso tanto del voto parlamentario como de las protestas de la oposición y llevó adelante los planes.

Después de la guerra de los Ducados (1864-1865), autorizó, no sin reparos, la guerra contra Austria, que fue derrotada en Sadowa. Tras la victoria militar, se anexionó los estados de Schleswig, Holstein, Hannover, Hesse electoral, Hesse-Nassau y Frankfurt, logró el apoyo de otros en el seno de la Confederación Alemana del Norte y firmó alianzas militares con los estados del sur.

Durante la Guerra Franco-Prusiana, el 18 de enero de 1871, Guillermo fue proclamado Emperador Alemán en el Palacio de Versalles. Este título fue elegido cuidadosamente por Bismarck después de la discusión hasta (y después) el día de la proclamación.

Guillermo I


La figura de Otto von Bismark

En el año 1862, el rey prusiano Guillermo I eligió para ser el primer ministro de Prusia, al político y diplomático Otto von Bismarck, apodado el Canciller de Hierro. La idea de Guillermo I era unificar los Estados alemanes, un proceso que sería organizado por el líder político. Sin embargo, Bismarck creía que para eso sería necesario el camino militar. Para lograr su objetivo, Bismarck pasó a aumentar el poder bélico de Prusia, ampliando el número de militares e invirtiendo en la producción de armamentos.

 Otto von Bismarck
Desde que el rey Guillermo I le nombró canciller (primer ministro) en 1862, puso en marcha su plan para imponer la hegemonía de Prusia sobre el conjunto de Alemania, como paso previo para una eventual unificación nacional. Empezó por reorganizar y reforzar el ejército prusiano, al que lanzaría a continuación a tres enfrentamientos bélicos, probablemente premeditados, en todos los cuales resultó vencedor: la Guerra de los Ducados (1864), una acción concertada con Austria para arrebatar a Dinamarca los territorios de habla alemana de Schleswig y Holstein; la Guerra Austro-Prusiana (1866), un artificioso conflicto provocado a raíz de los problemas de la administración conjunta de los ducados daneses y dirigida, en realidad, a eliminar la influencia de Austria sobre los asuntos alemanes; y la Guerra Franco-Prusiana (1870), provocada por un malentendido diplomático con la Francia de Napoleón III a propósito de la sucesión al vacante Trono de España, pero encaminada de hecho a anular a Francia en la política europea, a fin de que dejara de alentar el particularismo de los Estados alemanes del sur.

En cada una de aquellas guerras Prusia acrecentó su poderío y extendió su territorio: en 1867 ya fue capaz de unir a la mayor parte de los Estados independientes que subsistían en Alemania, formando la Confederación de la Alemania del Norte; en 1871, además de anexionarse las regiones francesas de Alsacia y Lorena, impuso la creación de un único Imperio Alemán bajo la corona de Guillermo I, del que sólo quedó excluida Austria.

La política interior de Bismarck se apoyó en un régimen de poder autoritario, a pesar de la apariencia constitucional y del sufragio universal destinado a neutralizar a las clases medias (Constitución federal de 1871). Inicialmente gobernó en coalición con los liberales, centrándose en contrarrestar la influencia de la Iglesia católica (Kulturkampf) y en favorecer los intereses de los grandes terratenientes mediante una política económica librecambista; en 1879 rompió con los liberales y se alió al partido católico (Zentrum), adoptando posturas proteccionistas que favorecieran el desarrollo de la revolución industrial. En esa segunda época centró sus esfuerzos en frenar el movimiento obrero alemán, al que ilegalizó aprobando las Leyes Antisocialistas, al tiempo que intentaba atraerse a los trabajadores con la legislación social más avanzada del momento.

En política exterior, se mostró prudente para consolidar la unidad alemana recién conquistada: por un lado, forjó un entramado de alianzas diplomáticas (con Austria, Rusia e Italia) destinado a aislar a Francia en previsión de su posible revancha; por otro, mantuvo a Alemania apartada de la vorágine imperialista que por entonces arrastraba al resto de las potencias europeas.  En 1872 Alemania, Rusia y Austria firmaron la Liga de los Tres Emperadores. La Liga de los Tres Emperadores se fue renovando hasta 1887, siendo cancelada por el zar como consecuencia de sus rivalidades con Austria en los Balcanes.

En 1882  formó la Triple Alianza promovida por el canciller alemán Bismarck,  constituida por Alemania, Austria-Hungría e Italia. Sin embargo esta última no cumplió sus compromisos cuando estalló la guerra y en principio se mantuvo neutral hasta intervenir más tarde como miembro del bando contrario. Fue precisamente esta precaución frente a la carrera colonial la que le enfrentó con el nuevo emperador, Guillermo II (1888), partidario de prolongar la ascensión de Alemania con la adquisición de un imperio ultramarino, asunto que provocó la caída de Bismarck en 1890.

La industrialización de Alemania

En la industrialización alemana, el Estado jugó un papel muy activo. La intervención estatal fue relevante a la hora de la modernización del sistema de comunicaciones, la mayoría de las líneas ferroviarias fueron construidas con participación estatal. A fines de los años 1870, la política arancelaria volvió hacia el proteccionismo debido a la gran depresión, tanto para la industria como la agricultura.

Los aranceles proteccionistas favorecieron la expansión de las exportaciones industriales alemanas, ya que las empresas pudieron vender a precios elevados en el mercado interno, protegido por barreras aduaneras, y a precios bajos en el mercado externo, practicando políticas de dumping.
 
Los bancos constituyeron un factor decisivo en el proceso de industrialización de Alemania. Existió una relación más estrecha entre crédito bancario y desarrollo industrial. Los bancos, además de otorgar créditos, promovía la formación de nuevas empresas y canalizaban el ahorro hacia ellas. Los bancos se convirtieron en grandes accionistas de las empresas industriales, a tal punto de poder participar en la dirección de ella.  

Las grandes empresas también cumplieron un rol decisivo en la industrialización. Se incrementaron la cantidad de sociedades anónimas, se aceleró el proceso de propiedad y gestión. La competitividad de las grandes empresas, llevaron a la adaptación de medidas eficaces en la organización y al desarrollo tecnológico. Una de las características distintivas de las empresas alemanas fue su tendencia a la expansión y la integración vertical, con el fin de controlar las diversas fases de producción.

Etapas de la industrialización alemana:

 - 1780 ~ 1840: Primera industrialización 
  • Comienzo de la mecanización, se realizaron reformas institucionales aboliendo el feudalismo y favoreciendo al libre comercio y los mercados de mano de obra y de tierras.  
  • El incremento de la población se vio acompañada por un incremento en la producción agrícola.
  • Se mecanizaron la industria textil y metalúrgica.  
  • Zollverein, unión aduanera, abolición aduanera que permitió la integración económica dentro del país. 
- 1840 ~ 1870: El despegue 
  • Desarrollo del ferrocarril y su impacto en las industrias del carbón, hierro y maquinarias, que pasaron a ser sectores líderes en la industria alemana. 
  • La red ferroviaria disminuyó los costes de transporte e hizo posible el transporte a larga distancia.  
  • La red ferroviaria fue clave para la integración del mercado interno..la red ferroviaria dio impulso a la expansión de la industria siderúrgica y mecánica.
  • Al principio, los insumos eran importados, pero posteriormente fueron reemplazados por productos nacionales. 
  • Rápida innovación tecnológica, nuevos métodos de producción para la industria pesada.  
- 1870 ~ 1914: Fase industrial madura  
  • Difusión de la industria moderna, aceleración del cambio estructural y de la urbanización.
  • Expansión internacional de la economía alemán, desplazando a Gran Bretaña del liderazgo industrial.  
  • Crecimiento del PIB per cápita. 
  • Exportación de bienes de capital. 
  • Expansión de nuevos sectores de punta. 
  • Desarrollo del sistema educativo. 
El estado social alemán

Bismarck entendió que, al movimiento obrero, organizado a través del SPD, no se le podía acallar simplemente con represión. Y que el Estado debía intervenir con alguna medida de tipo social para contentar a los trabajadores y sofocar las demandas socialistas más radicales y revolucionarias.

Bismarck entendió que, al movimiento obrero, organizado a través del SPD, no se le podía acallar simplemente con represión. Y que el Estado debía intervenir con alguna medida de tipo social para contentar a los trabajadores y sofocar las demandas socialistas más radicales y revolucionarias.

En el mensaje imperial de noviembre de 1881, fueron aprobadas las siguientes leyes: el seguro público de salud en 1883, un segundo seguro de accidentes en 1884 y la pensión por discapacidad y las jubilaciones en 1889. Este seguro al igual que los dos anteriores era obligatorio, con contribuciones progresivas por parte del patrón, empleado y Estado. El Estado social, se convierte entonces, en un contrato social entre los ciudadanos y el gobierno, como instrumento de bienestar, para la población. 

El estado del bienestar de Bismarck no fue fruto de la generosidad y la empatía para con los trabajadores, sino, más bien, una medida ante la amenaza que podría llegar a suponer el movimiento obrero organizado. Pero sirvió a Bismarck para cohesionar a la nación, puesto que el sistema de pensiones era un bien común que incumbía a todos los alemanes. Defender el estado del bienestar suponía, también, defender a la nación política que lo sustentaba.


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