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miércoles, 3 de junio de 2015

LA BURGUESÍA

La ciudad fortificada se llamaba burgo y los habitantes burgueses. La palabra tenía un sentido muy amplio. En las ciudades pequeñas la mayor parte de los burgueses eran labradores, hortelanos, viñadores. Aun en las ciudades importantes, los cerdos corrían por las calles, y cuando un príncipe había de visitar una ciudad, el Consejo ordenaba a los habitantes quitar los montones de estiércol de delante de las casas.

Algunas ciudades solamente, las más ricas, tenían como habitantes artesanos que ejercían un oficio, y sus principales burgueses eran comerciantes y propietarios. En los países del Mediodía, cualquier artesano que quería fabricar y vender, podía abrir libremente una tienda. Así ocurría en Francia hasta fines de la Edad Media; pero en Alemania, en Inglaterra, en algunas grandes ciudades de Italia, poco a poco, se constituyó otro régimen: todos los obreros de un mismo oficio en una misma ciudad formaban una asociación.

Los comerciantes, para poner a cubierto sus mercaderías de los ataques de los caballeros bandidos, se reunían en caravanas armadas y a caballo. Para apoyarse mutuamente formaban sociedades llamadas guildas, hansas o cofradías. Se reunían en una sala para beber y discutir sus negocios y pagaban una cuota para sostener una Caja. Algunas de estas sociedades llegaron a ser muy poderosas, por ejemplo, la hansa de los mercaderes extranjeros establecidos en Londres. En París, la asociación de los dueños de barcas, que comerciaban por el Sena, acabó por regir los asuntos de la ciudad. Era llamada la hansa de los mercaderes del agua. Sus jefes, el preboste y los regidores de los mercaderes, llegaron a constituir el Consejo de la villa de París, su casa de reunión fue el Palacio municipal, sus armas han seguido siendo las armas de París, un barco acompañado de las palabras Fluctuat nec mergitur (Flota y no se hunde).

Los comerciantes eran más considerados que los artesanos, trabajaban menos y ganaban más. Pero por lo común estaban organizados como ellos en profesiones. Las principales eran las de pañeros, fabricantes de paños; los comerciantes, que servían de banqueros; los merceros, que vendían todos los artículos venidos de lejos (más tarde se formó un gremio de especieros).

El artesano debía poseer el derecho de ejercer un oficio. También los artesanos se organizaban sociedades; tenían un sello representando, por lo común, las herramientas de su profesión; fundaban una cofradía religiosa e iban juntos a las procesiones y fiestas, portando el estandarte del gremio; tenían un santo patrono y en su día lo celebraban con una fiesta. Pero, para ejercer el oficio, previamente, era necesario ser admitido en el gremio y el aspirante debía pasar por tres grados. El muchacho, primero, era aprendiz.Su padre lo mandaba a servir a casa de un maestro, al que debía pagar por la habitación, por la comida y por la enseñanza del oficio. El aprendiz trabajaba sin recibir pago alguno; el maestro podía corregirlo a golpes y si huía la justicia lo obligaba a volver.

El segundo grado era el de compañero, o criado. Podía vivir aparte y servir a un maestro por un salario. Durante este período el compañero lo destinaba a economizar dinero para establecerse y ser admitido entre los maestros, que era el grado final. Solamente los maestros tenían el derecho de fabricar un producto y venderlo por su cuenta; solo ellos podían participar en las asambleas y solo ellos tenían su casa y su familia. Los compañeros no podían negociar sus salarios: debían aceptar como pago lo ofrecido por el maestro. Tampoco podían declararse en huelga, porque la huelga estaba prohibida y se castigaba con la cárcel. Los compañeros se alojaban en casas de huéspedes o lo buscaban en casa de un maestro que tuviera una hija; no les importaba que fuera fea y con marcas de viruela, porque casarse con la muchacha era un buen recurso para facilitar su ascenso a maestro. Los maestros se organizaban para que solo ellos pudieran fabricar y vender los productos de su especialidad, porque la regla les impedía fabricar artículos de otros oficios. La manera de trabajar estaba fijada por un reglamento, debían emplear solo los materiales aprobados y el trabajo se hacía únicamente según los procedimientos autorizados. Se prohibía la competencia y quien vendía una mercadería sin que llevara su sello, podía ser multado, recluido en la cárcel y sufrir la confiscación de sus mercaderías.

Los burgueses más respetados eran los comerciantes enriquecidos y los propietarios establecidos en la ciudad. En el Mediodía de Francia, en Italia y en algunas ciudades de Alemania vivían como nobles, se armaban como caballeros y habitaban una casa fortificada. En Alemania se hacían llamar señores o patricios.

Entre aquellos burgueses enriquecidos empezó el rey de Francia, a partir del siglo XIV, a elegir sus consejeros y sus funcionarios. Un burgués de París, Barbette, aconsejó a Felipe el Hermoso que para aumentar sus ganancias dejara de emplear oro o plata, sin mezclas, para aumentar sus ganancias: el rey se quedaba con el oro o plata que se disminuía en la fabricación de las monedas. Barnette tenía una casa de lujo, un Hotel, que el pueblo saqueó en su oportunidad.

En Francia estos ricos habitantes, que no trabajaban manualmente, fueron los únicos que se siguieron llamando burgueses.

La burguesía a partir del siglo XIX

La burguesía fue la clase social más beneficiada en los procesos revolucionarios que marcaron el comienzo de la edad contemporánea en Europa, en los ámbitos políticos, sociales y económicos. Pero, en realidad, la burguesía era muy heterogénea. Dentro de ella, se pueden distinguir varios grupos. En primer lugar, estaría la alta burguesía de los grandes negocios financieros, comerciales, industriales y agrarios. Sus integrantes terminaron por formar verdaderas dinastías modernas: los Krupp, Thyssen, Rothschild, Péreire, Lafitte, etc.. Después existiría la burguesía media, formada por comerciantes, dueños de pequeñas fábricas y talleres y notables rurales. Y, por fin, la burguesía de las profesiones liberales y funcionarial, integrada por los profesiones liberales (médicos, farmacéuticos, abogados, etc…), intelectuales, periodistas, y por los funcionarios de cierto grado.

La burguesía impuso un nuevo estilo de vida, un cambio de costumbres y marcó la aparición de nuevos valores sociales y morales, relacionados con la propiedad, el ahorro, el trabajo y la familia. Los burgueses establecieron un ideal para unos o una referencia inalcanzable para otros, aunque, con el tiempo nacerían otros valores y costumbres en el seno de las clases trabajadoras que se enfrentarían a los de la burguesía.

La pequeñoburguesía es una clase social formada por aquellos que trabajan con sus propios medios de producción sin explotar fuerza de trabajo ajena.

La pequeña burguesía es una clase intermedia ente el proletariado y la burguesía. Intenta escalar hacia la burguesía acumulando e incorporando mano de obra pero padece la competencia desigual de capitales más fuertes que la relegan a una función económica marginal y la arruinan, corriendo el riesgo de proletarizarse.

Este sector social ya no desempeña el importante papel que tuvo en épocas anteriores, antes de la entrada del capitalismo en su fase monopolista, donde sus partidos políticos disponían de fuertes posiciones políticas. Por eso en los países monopolistas tratan de ganar para su causa a los trabajadores adoptando un lenguaje seudosocialista e incluso izquierdista.

Para la lucha contra el monopolismo, dado el enfrentamiento de la pequeña burguesía con él, es muy importante que el partido comunista sepa ganarse a esta clase, cuidando no obstante de preservar la dirección de la lucha.

Podemos comparar a la pequeñoburguesía con las clases medias actuales y que pueden adquirir posturas políticas progresistas o conservadoras. La pequeñoburguesía progresista está representada por la socialdemocracia, pero, a medida que esta ideología ha traicionado su propio programa, los pequeñosburgueses han optado por votar a partidos conservadores o de índole más socialista o de izquierda en el sentido estricto del término político.

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